Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau
3fi JACQUES MARITAIN 10.-En el orden espiritual la distinción d: la individualidad y de la personalidad' no ea me- nos necesaria. El Padre Garrigou-Lagran¡e ha mostrado su alcance en admirables páginaa : "El hombre no será plenamente una persona, un per se aubsistena y un per ae operana, sino en la medida en que la vida de la razón y de la liber- tad domine en él la de los sentidos y de las pa- siones; sin esto, seguirá siendo, como el animal, un simple individuo esclavo de los acontecimien- tos, de las circunstancias, siempre a remolque de cualquiera otra cosa, incapaz de dirigirse a sí mismo; no será sino una parte sin poder pre- tender ser un todo . . . "Desarrollar su individualidad, ea vivir le vida egoísta de las pasiones, hacerse el centro de todo, y llegar finalmente a ser esclavo de l0t miles de bienes pasajeros que nos proporcionan una miserable alegría de un momento . "La per!onalidad, en cambio, crece en la medida en que el alma, elevándose por sobre el mundo sensible, ee apega más estrechamente por la inteligencia y la voluntad, a lo que ha« la vida del espíritu. "Los filósofos han previt1to confusamente, pero los santos sobre todo han comprendido que el pleno desarrollo de nuestra pobre perso- nalidad consiste en perderla en cierto modo en la de Dio!\, que es el ún ico que posee la perso- nalidad en el sentido perfecto de la palabra. por-
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