Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REFORMADORl!S coaiún de la ciudad.ea al1io diferente de la aim· ple colecci6n de laa ventajas propias de cada in· dividuo, ea diferente también del bien propio del todo tomado aparte, es, si me ea permitido decirlo, bien común al todo y a las partea, y de· be por lo tanto permitir una redistribución a ee• taa. consideradas no ya puramente como partee, sino como cosas y como personas. Por otra par• te -y esto concierne al .fin de la ·vida política-, 1i la perfección terrestre y temporal del animal racional tiene au punto de realizaci6n en la ciu• dad, mejor en sí que el individuo, sin embarao, por su esencia misma, la ciudad debe ase¡urar a su1 miembros las condiciones de una recta vi• da moral, de una vida propiamente humana, y no perseguir el bien temporal que es au objeto inmediato sino respetando la 1ubordinación esencial de éste al bien espiritual y eterno, al cual cada persona humana está ordenada (a); y pueato que en realidad, por la gracia del CrM• dor, eate bien espiritual y eterno no es el simple fin de la religión natural, sino un fin esencial- mente sobrenatural -la entrada, por la visión, en 1a alegria misma de Dios-, la ciudad huma- na carece de justicia, peca contra sí misma y con· tra sus miembros, si, habiéndole sido suficien- temente propuesta la verdad, ella se niega a re- conocer a Aquél que es el Camino de la bea· titud .

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