Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRE S REFORMADORE S 2f} se en una confianza sin límites en Cristo. La naturaleza humana no tendrá sino que rechazar como un vano accesorio teológico el manto de una gracia que no es nada para ella, y en volver sobre sí su fe-confianza ( f). para convertirse en ese hermoso animal libre cuyo infalible progre- so continuo encanta hoy día al universo. De este modo en la persona de Lutero y en su doctrina, asistimos -en el plano mismo del espíritu y de la vida religiosa- al advenimien- to del YO. -8.-t.Pero, el caso de Lutero no nos muestra así en lo vivo uno de los problemas con- tra los cuales se debate en vano el hombre mo- derno? Es el problema del individualismo y de la penonalidad. Mirad a ese kantiano irritado sobre su autonomía, a ese protestante atormen- tado por ·1a preocupación de su libertad interior, a ese nietzscheano que se e~tenúa saltando más allá del ·b1en y del mal. a ese freudiano que éul- tiva sus complejos y sublima su libido, a ese pen- sador que prepara para el próximo congreso de filosofía una concepción del mundo inédita , a ese. héroe superrealista que se inquieta y se su- me en el abismo del sueño·, a ese d.iscípulo de M. Gide que se contempla con un éfoloroso fer- v~r en el espejo de su carácter : todo ese pobre (t) et. DnthtJ', Daa nattrttche ly1tem 4tr O.latH'lrt.Mu.t- c>'6tllen, A.ro~ . f . O•Hr.. MI' PMl, t . V. 11. 177 y •Is . ( p . 2U l .

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