Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REFORMADORES cuestión domina todo : substraerae, a peaar de l~ concupiscencia invencible que envenena nuestra naturaleza, a los furores justicieros del Todopo- deroso. En verdad, si no/J impor ta esencialmen- te salvar nuestro único, no es tanto para escap:u al diablo como para ver la cara de Dios, y no tanto para arrancar del fuego nuestra propia substancia como por el amor de Aquél que ama- moa más que a nosotros mismos. Domine osten• de nobis Patrem, et sufficit nobis. La teología católica está ordenada a Dios y ella es, por esto mismo, una ciencia ante todo especulativa (a) . La teología luterana ea para la criatura, por eso tiende ante todo hacia el fin práctico que debe alcanzar. Lutero, que rechaza la caridad, y guar• da, sea lo que sea, el temor servil. hace girar la ciencia de las cosas divinas alrededor de la man- cilla humana . Sin embargo, '-la salvación del hombre no es la obra de Oioa y de su Cristo? Desconfiad, en la teología luterana la gracia es enteramente extrínseca a nosotros mismos (b), el hombre madura en su naturaleza ain poder nunca reci- bir en él un germen que le haga verdaderamen- te partícipe de la vida divina, ni producir, él, hijo (a) .., a lo •H, .., .. ulatln y pr'4,üoa, por •I hecho d• .. unidad auperlor, ,ero • ant. todo y prtnolpa\-t,e - ~U- latl•a (et . Bum. f~•oJ, I, 1, O. (b) La cratla, para Lutero, no II otra que el 1lmple /o- ".,. HtfflOY de DI09. C,. W•lm, Tlll, 18', U ; lllrl. U, US, etc. Penifle. Pa(Juler, III. 'I). 71, 111, 111.

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