Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

JACQUES. 'MARITAIN soluta seguridad en las promesas divinas que era antes el privilegio de la lgle1ia y de su misión (b)) Porque Dios era su centro, el alma católi- ca no necesitaba saber nada con una perfecta certidumbre fuera de los misterios de la fe, y de que Dioe ee amor y ee misericordioso. Y si le enviaba 1i¡nos de su dilección, usaba esos indi- cios experimentales no tanto para informarse sobre sí y juzgar de su estado ante Dios, sino para vivir más fuertemente las imperfectas cer- tidumbres de la e1peranza, certidumbres tanto más queridas cuanto que la conciencia se atre- ve apenas a recibir su confesión . Pero el alma herética no podría subsistir sin romperse de an- gustia, si no tuviera la perfecta certidumbre de su estado de ¡racia, porque ella ha llegado a ser centro, y busca su seguridad en la justicia con la cual se cubre, no en el abismo de las miseri- cordias de Otro, que la ha hecho. e Por qué la doctrina de la ealvaci6n absorbe toda la teología luterana, si no porque el yo hu- mano ha llegado a ser en realidad la preocupa- ción central de esta teología} Para Lutero una zonabln, excluye la. agltaclOn y la Inquietud, eh,o una. certi- dumbre ab1oluta, una. certidumbre Infalible, en qu• el i,eoad?r tlebfa. creer que e!taba ju9tlflcado. con la misma fe conqu! cree que Je9ucrJ1to vino al mundo", (!le111uet, m,t. de■ Var.. l. 8.). El luteranlemo a parece asf eolito uaa MPMle •• "''"d enr• e• el or4H •• la ealYaolO• eteraa. (b) Ver sollre eete punto la juleloH. nota •• H. Pa41uler ID•ltl•.Paeilw, lll, "'·'"'·

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