Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REFORMADORES 25 clicionado esta desviación. Con Lutero, 5ucede todo lo contrario. Es su vida, su historia lo que importa. La doctrina viene por añadidura. El luteranismo no es un sistema elaborado por Lu- tero; es el desbordamiento de la individualidad de Lutero. Lo mismo sucederá con Rouéseau, es un proceso esencialmente romántico. Esto ex- plica la inmensa influencia del "reformador" sobre el pueblo alemán. Por eso un luterano co- mo Seeberg no puede contenerse de admiración ante este hombre verdaderamente demoníaco, como dice él, ante esta figura colosal de la su- perhumanidad, que es blasfematorio, pretender juzgar. La cuestión es saber si todo desborda- miento es hermoso y bueno por sí mismo, y si basta que un río se desborde por los campos pa· ra que merezéa nuestro reconocimiento. t Buscais la traducción dogmática de este egocentrismo~ La encontraréis en algunos de 'los rasgos más notables de !a teología luterana. ( Qué es el dogma luterano de la cerüdum- bre de la salvación (a} si no el traspaso al indi- viduo humano y a su estado subjetiv-0 de esa ah- <a) "Pero el secreto de esta to justificadora. tenla ta.m. hlén a.110 muy particular : ella. no c<>neletla, en 1eneral, en creer en el Salvador, en sus misterios y en sus promeeu; sino •• ereer mUl' sinceramente, cada. uno en au cora.són, que todo~ nueetros pecados nos eran perdonados. Se queda. juetlflcado, deefa constantemente Lutero, deede el momento en que ae crl!la nrlo con certidumbre; y la. certidumbre que él e:itllfa no era 1olaa,ente eH certidumbre mora~ que, fundada en motivo• ra.

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