Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau
TRES REFORMADORES 221 puesto que se deja inclinar contra este orden por algún principio extraño . Pero si se consi- dera el acto de la voluntad cuando ella se inclina actualmente hacia un bien aparente, entonces obra libremente cuando sigue su pasión o su disposición corrompida, y obra como esclavo si, aun cuando su voluntad permanezca inclinada de este modo, se abstiene de lo que quiere por temor a la ley planteada en sentido contrario. "Pero he ahí que el Espíritu Santo inclina por amor la voluntad hacia el verdadero bien; por amor hace que la voluntad entera pese ac· tualmente hacia eso que está en la linea de su deseo más profundo . Quita a la vez esta doble esclavitud (esta doble heteronomía, diríamos en jerga moderna) : la esclavitud, en que siervo de la pasión y del pecado, el hombre obra con· tra la ordenación natural de su voluntad; y la esclavitud en que, siervo de la ley, y no su ami- go, obra según la ley contra el movimiento de su voluntad. Donde está el Espíritu del Señor, dice el apóstol Pablo, allí está la libertad; y: si sois conducidos por el Espíritu, no estáis ya bajo la ley" {a} . Convertidos de este modo por la gracia de Cristo en amigos de Dios, el amor nos hace li- bres. "Que gran cosa es el amor . El amor nace de Dios y sólo en Dios puede fijarse . El que ama tiene alas, es feliz, es libre, nada lo retiene. (a) Santo Tnml\a. lh¡m. , contra G•nt, IV, U .
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