Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REFORMADORES 100 y el nuevo levantándose en cruz atrayendo a él las almas, y querer que el mundo sea vuelto a su lugar por el poder del hombre o por el esfuerzo de la naturaleza, y no socorrido y sostenido por la diligente humildad de las virtudes, y por las divinas medicaciones que dispensa la Esposa de Cristo, esperando al Esposo mismo, cuando ven- ga con el fuego, y hará todas cosas nuevas; en resumen, laicizar el Evangelio y guardar las as- piraciones humanas del cristianismo suprimien- do a Cristo, t no es todo esto lo esencial de la Revolución~ 16.-Juan Jacobo fué quien consumó esta operación inaudita, empezada por Lutero, de inventar un cristianismo separado de la Iglesia de Cristo, él fué quien terminó de naturalizar el Evangelio. A él le debemos ese cadáver de ideas cristianas cuya inmensa putrefacción en- venena hoy día al universo. El rousseauísmo es "una herejía cristiana de carácter místico", di- ce M. Seilliere. Una herejía fundamental y en su base, acepto, una realización integral de la herejía pelagiana, por el misticismo de la sensi- bilidad: digamos más exactamente que el rous- seauísmo es una . radical corrupción naturalista del sentimiento cristiano. Esto mismo, me parece, nos muestra cuán útil es para nosotros el estudio de Juan Jacoho Rousseau. Nos da un principio de discernimien- to se¡uro . Si descubrimos en nosotros, si encon-

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