Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

198 JACQUES MARITAIN ordenaciones y de las jerarquías naturales y ra- cionales, todas igualmente niveladas ante un ídolo de Justicia, que es el alma del igualitaris- mo democrático. "No me gustan los curas, de- cía Luis Felipe, porque cantan depoauit de se- de". Lacayo de genio, Juan Jacobo, ·para colo- carse en su rango de predestinado, pone al uni- verso en desorden; Benoit Labre, ganando lo su- yo, fortifica el orden del mundo. Consideremos finalmente el Mito mismo de la Revolución. tNo deriva también de una na- turalización del cristianismo) Esperar la resu- rrección de los muertos y el juicio universal que hará reinar la justicia en la tierra como en el cie- lo, a esperar la revelación de la perfecta Jerusa• lén, donde todo_es luz, orden y alegría, pero es- perar todo esto en las condiciones mismas de la vida presente, y esperarlo de la fuerza del hom- bre, no de la gracia de Cristo; creer que esta- mos llamados a llevar una vida divina, la vida misma de Dios --ego dixi: dii eatia-, pero crerlo de nuestra vida natural, no de nuestra vida de gracia; proclamar la ley del amor del prójimo, pero separándola de la ley del amor de Dios, lo que deprime el amor, fuerte como la muerte y duro como el infierno, en el rango de lo que hay más estúpido y más cobarde en el mundo, en el rango del humanitarismo; com- prender que hay en este mundo algo de trastor- nado, no sé qué de horrible y que no debería ser, pero sin ver que el viejo Adán sigue cayendo,

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