Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REFORMADORES 193 gajas al primer choque, porque no obtienen ya su existencia de la objetividad de la razón y de la fe, no subsisten sino como expansiones de la subjetividad del apetito. Verdades huecas, y que disparatan, declarando la naturaleza buena bajo todos los aspectos y en absoluto, la razón incapaz de alcanzar lo verdadero, capaz sola- mente de corromper al hombre, la conciencia infalible, la persona humana de tal modo º'dig- na" y de tal modo divina que no puede válida- mente obedecer sino a sí misma. · Sobre todo, y he ahí el punto capital, Juan Jacobo desnaturalizó el Evangelio arrancándo- lo al orden sobrenatural; transponiendo algu- nos aspectos profundos ·del cristianismo en el plano de la simple naturaleza. Una cosa absolu- tamente esencial en el cristianismo, es el origen sobrenatural de la gracia. Quitadle este aspecto sobrenatural y, el cristianismo se corrompe. ( Qué encontramos en el origen del desorden moderno? Una naturalización del cristianismo. Está claro que el Evangelio, hecho puramente natural (y por lo tanto absolutamente corrom- pido) llega a ser un fermento de revolución de una virulencia extraordinaria: porque la gracia es un orden nuevo agregado al orden natural, Y, que lo perfecciona sin destruirlo; porque ella es sobrenatural; si se rechaza este orden de la gra- cia como sobrenatural, y se conserva, sin em- bargo, su fantasma y se impone a lo real, ten- dremos el orden natural trastornado, por un Treo.- 7

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