Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau
TRES REFORMADORES /8J general no lo era . Si mi opini6n particular hu- biera vencido habría hecho otra cosa de lo que hubiera querido ; entonces no sería libre". tNo nos ofrece aquí sino una transposición absurda del caso del creyente que, al pedir en la oración lo que estima conveniente, pide y quiere, sin embargo, ante todo que se haga la voluntad de Dios~ (a) . El voto es concebido por él como una especie de rito deprecatorio y evocatorio dirigido a la Voluntad general. VII.-La ley.-El mito de la Voluntad ge- neral tiene el papel central y dominador en la política de Rousseau, .como la noción del bien común en la política de Aristóteles. El bien co- mún, a título de fin perseguido, supone esencial- mente la dirección de una inteligencia, y la ley se definía por los antiguos como una disposi- ción de la razón tendiente al bien común, pro- mulgada por aquel que tiene el cuidado de la comunidad. La Voluntad general, principio ani- mador y motor del cuerpo social, se impone a todos por su sola existencia; le basta ser, y es el Número lo que la manifiesta. La ley será defini- da entonces: (a) Exclamaba en la N1'ftlo 81oúa (Il Parte. carta 18) , nablando a. Dio•: "Haz todas mis accione• conforme a mi vo- luntad conetante, que u la tu7a ... E• curloao notar la analolf{a de lae tOrmulaa.
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