Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

168 JACQUES MARITAIN. tea no hacen otra cosa sino apresurar la muer• te mística de un corazón consagrado a la inmo- lación~ Lo lanzan mucho antes en la vida divi- na. Tal es así que el hombre no obtuvo la paz con sí mismo sino en la cruz de Jesús. 12 .-Juan Jacobo no trata de resolver de esta manera (porque no teme nada) la oposi- ción que él mismo ha hecho absoluta e insolu- ble. Ea un absurdo flagrante y al mismo tiempo un cobarde procedimiento de aeducci6n, tratar a los hombrea como perfectos y considerar la perfección que hay que adquirir, de la cual la mayoría quedará muy lejos, como constitutiva de la naturaleza misma. Sin embargo, este es el principio de Rouaaeau, su perpetuo postulado. Asombroso procedimiento de limpieza por el vado, su método, completamente típico d e su astenia, consiste en pasar desde un principio a las condiciones de la perfección absoluta, o del acto puro. El ge6metra purifica ·la idea de bas- tón o de anillo para tiefinir el círculo y la recta . El purifica el ser humano de toda potencialidad, para contemplar el mundo ideal, único digno de su pensamiento, que le permitirá condenar sa n - tamente la injusticia del mundo existente. Co- mo entrada de juego, de deliberado prop6sito, se pone en lo "irrealizable", para poder respirar y contarse a 11í mismo, como Dios se cuenta en la creación . Sue11a. y die~ 11u sueño, y si lo real

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