Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REFORMADORES ltrf Porque, mientras el hombre está regido por la aola ley de la naturaleza y de la razón, la rebe- lión lo habita al mismo tiempo que la ley, y una parte de su ser debe sufrir violencia. Raza in- grata y decaída, las verdades de la razón de las cuales depende nuestra existencia, están a car- go de nuestra existencia; verdades desespernn- tea que deberían liberar y que abruman. ( Cómo soportarlas, si una verdad más alta, y un don gratuito, no divinizase nuestra vida) "La mejor suerte es no nacer, y más vale morir que vivir --decía la más elevada sabiduría pagana, en el inatante mismo en que afirmaba la inmortali- dad-. La vida está más exenta de pesares cuan- do ignora los males que le son propios. Lo que conviene más a los hombres, es no nacer y par- ticipar así en la naturaleza de lo que hay de más excelente; lo que vale más para todos y para todas, es no nacer ; y, después de esto, el · primero de los otros bienes posibles, pero el se- gundo de los bienes es, una vez nacidos, morir lo más luego. . . Porque la existencia en la muerte es mejor que la existencia en la vi- da" (a) . El orden puramente, el ordep de la pura ra- zón, es un orden duro; verdadero y justo, salu- dable y necesario, conservador del ser, pero san- griento. En todas partes -so pena de un des- , ,. \ Arletótele~. fragmento 4el 41Atoiro Jr,uleMo. a,i. Plu_ ■ hfil i 1 td·! 11 1:1,:1

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