Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau
TRBS REFORMADORES precipita el corazón en una ansiedad "sin fin" , porque ºsantifica la negación de la gracia". Ha- biendo rechazado con loa filósofos el don de Aquel que nos amó primero, da salida, sin em- bargo, al sentimiento religioso, desvía nuestra hambre de Dios hacia los sagrados misterios de la sensibilidad, hacia el infinito de la materia. Pero va de este modo mucho más lejo11 que el episodio romántico. El pensamiento actual. en lo que tiene de mórbido, que~ aún bajo su dependencia. La búsqueda de la delectación mís- tica en las· cosas que no son Dios, siendo una búsqueda sin término, no puede detenerse en ninguna parte. La acci6n de Dios s6lo es bastante ..precisa" para reunir en todas partes, hasta en las inmun- dicias del corazón humano, el ser y el bien, ab- eolutamente todo lo que hay de ser y de bien, sin tener, sin embargo, ni el más leve contacto con el mal. En nosotros la connivencia se des- pierta inmediatamente. Hay regiones del ser que, como ser, son buenas y deseab\es, y fructuosas de conocer y cuyo goce, sin embargo, a causa peor de todo el uao h& nJado eutlclentement• · el ■entldo de hta. En cuanto ella 1l,rnlflca una rellclo1a evlccllln de la raslln ., d1 1ua obraa, el desbocamiento u.grado de la eenalbllldat!, la u.nta oatentacl6n del yo y la adoración de la prlmltlvlda4 aatural, el pantelamo como teo1ogla y la excltacllln como reirla te vida. debemo1 confesar que Rousaeau, por au naturallamo 111!1tlco. ,,u III el prtnclplo inmediato d1 Hte mal del Hl>f• rltu .
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