Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REFORMADORES /41} marse bueno, ha y que creerle , es verdaderamen- te el hombre de la "bondad natura l" ; tno es siempre inocente, aunque hiciera lo que hicie- ra, puesto que nunca "quiso" el ma l, sino el bien? Nadie ha realizado en el mismo grado y en un estado tan puro el género de bondad de la cual la naturaleza humana es capa z cuando se expande en pura esp ontaneidad afectiva, en un milagroso aislamiento del orden de la razón y del orden de la gracia. Nos muestra exacta- mente todo lo que puede y todo lo que no pue- de esta " bondad". Bajo este punto de vista es un e jempla r único y precioso. "¡Qué lástima", agrega{emos nosotros, con la ,mujer del jardine- ro de Montmorency, "que este hombre tan bue- no h iciera los Evangelios !" (a ) . Finalme nte, se atribuye el privilegio de ser el Hombre de la Naturaleza que quedó intacto, sin ninguna huella ni mancha de la corrupción original debida al estado de civilización ( es lo que M. Seilliere (b) llama su "inmaculada con- cepción") . Y llega a ser como Dios mismo : "Todo ha terminado para m í en la tierra. Ya no pueden hacerme ni bien n i mal ... Y heme aquí ( a ) Brizard , Pe lerina ge ct'Ermenont1tlle, Muaon, III, 86. (b ) Seilliere, Jean_Jacques Rous8eau, Par ls, Oar nler , 1921 , pág. U3. Seg0n nuestra opinión es preciso critica r aever amente el uso que M. Se tlllere h a ce d e la pe.Ja,bra mls tlclam o ; pero cua lquier a que se interese por .J. J. Ro usa~au d ebe agradecerle aua eatudloa. (Cf. BI f)elfgro m fwtfoo ,,., la ,naplraof611 de loa cl""'ooroofaa - tempor6Maa, l..<MI .itapaa del mlat~tllO •aa4o-

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