Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau
140 JACQUES MARITAIN sino en acción, a liberar sus imágenes, no sola- mente en sus libros, sino en su vida. "Desde entonces me tomé virtuoso, o por lo menos ebrio de virtud". "Todo contribuía a apartar mis afec- ciones de este mundo. . . Aban'doné el mundo y sus pompas ... Una gran revolución acababa de producirse en mí, otro mundo moral se des- cubría a mis ojos . . . De esta época data mi en- tero renunciamiento al mundo" (a). Reforma sin duda, pero reforma artística de sí mismo, no.reforma moral; el fondo permane- ce viciado y corrqmpido, todo putrefacto de amor propio sensual y de complacencia en sí mismo. Decide "aplicar todas las fuerzas de su alma para romper los hierros de la opinión, y hacer con valor todo lo que le parecía bien, sin molestarse en absoluto por el juicio de los hom- bres" (b) -pero declara inmediatamente que es éste ' 'el designio mayor tal vez, o, por lo menos, el más útil a la virtud, que jamás mor- tal ha concebido", demostrando así cómo, por la pruden\e publicidad dada a su empresa, se re- forma para el público y no para sí mismo. Hace alarde de un exterior plebeyo y desempeña el papel de cínico cristiano, pero más que nunca se ocupa del efecto que produce sobre el mun- do de la nobleza y del dinero, que le visita sin ( a) Confe~s ., libro VIII . c r . Tro lell!me R41verle, y De~. r l l!me lettre II M . de Malesherbeol. <bl r,onre■, .. libro VTTJ .
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