Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REPORMADORl!S U!j Rousseau introdujo en la literatura, y en la realidad de nuestra vida, ese tipo de "inocente" en que el Dostoiewsky de M. Gide (no hablo sino de ése, porque la lección del otro es menos pérfida), buscará la suprema gracia, anuncia de lejos la gran disolución que quisiera hacernos tomar por la sabiduría del Oriente, y que, ex- traña a la metafísica hindú como a la vieja mo- ral china, no es sino la ruina mental de una humanidad que se abandona. 4.-Si las declamaciones de Rousseau nos hielan de aburrimiento, su vida es de un interés siempre actual. t Cuál es .el carácter más nota- ble de esta vida tan rica en enseñanzas psicoló- gicas) A mis ojos, es lo que podría llamarse el Mimetismo de la Santidad, no digo comedia sa- biamente calculada, digo mimetismo espontá- neo, ingenuo, que brota del corazón "duplici- dad sincera", y de la cual Juan Jacobo fué la primera víctima. Consideremos bajo este punto de vista a nuestro héroe con la atención que conviene. Concentrando en sí mismo la herencia de todos los desequilibrios introducidos en el mun- do desde la Reforma, enfermo y perdido de neu- rosis, profundamente "asténico", campo cerra- do de contrastes hereditarios poderosos, une a maravillosos dones de artista, a una inteligencia viva y capaz de un notable "buen sentido" ins- tintivo, a una sensibilidad superada, a deseos de

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=