Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

114 JA.CQUES MARITAIN hoy día sino al conocimiento de la materia, y la ciencia por excelencia es considerada por la ma- yoría de los pensadores modernos como un oh- jeto de museo. Dando las espaldas a las cosas eternas, la razón, en el mundo moderno, se or- dena hncia la criatura. Prefiere la mat'!mática de los fenómenos a la teología, la ciencia a la sa- biduría. Desde la montaña de su excelencia ha diviimdo todos los reinos del universo material, y su gloria, y desciende hacia ellos para po- seerlos. 16.-No pretendo que pueda reducirse a es• te angelismo o deducirse de él toda la doctrina de Descartes. Un sistema tan complejo com- prende una pluralidad de aspectos primeros y de principios. No hablemos de los aportes recibi- dos de la escolástica (de una escolástica por lo demás más o menos pura) . El gusto del rigor simple y fácil, de la aventura fuerte y razona- blemente conducida, una sana aversión por el pedantismo y las vanas disputas, un valiente propósito de salvar el arsenal de las verdades naturalmente cristianas a fuerza de buen sen- tido, por algún giro de audacia sencillo y bien maquinado, empé)_rentan estrechnmente a Des- cartes con los mejores espfritus de su país y de su tiempo. La tendencia naturalista y utilitaria de su sabiduría, el amor rudo y celoso consagra• do por él a _su Física, su~ conce~cione" radical- mente mecanicit tns, cu cosmología brillante y

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