La realidad médico-social chilena
- 100 - debe a la blenorragia y muchos de los cuadros patológicos que llegan a manos de los ginecólogos son también el resultado de ella, provocando muchas intervenciones quirúrgicas de carácter mutilante. Una de la,s consecuencias más lamentables de la gonorrea en la mu- jer embarazada, es la infección de los ojos del niño en el momento de nacer, lo que hace que est a enfermedad sea en amplia proporción, cau- sante de cegueras. De 3. 000 ciegos existentes en el país, más o menos 1 .500 deberíu su desgracia a la blenorragia. La extensión de la blenorragia en la población es desconocida y aún el dar dat os aproximativos resulta difícil a consecuencia de la actitJud indiferente hacia esta grave enfermedad que es común a casi todos los sect ores sociales. Por este motivo las cifras estadísticas son muy inde- termin•adas. De acuerdo con datos proporcionados por el Director General de Sa- nidad, doctor •Leonardo Guzmán, la blenorragia provocaría: el 25% de los casos de esterilidad femenina; el 50 o/o de las afecciones inflama torias de la pequeña pelvis; el 75% de las operacio]'.\es mutilantes en los genitales femeninos. En el hombre determina muchos casos de esterilidad, lesiones ar- ticulares que ffitUChas veces producen anquilosis definitivas con la consi- guiente menor capacidad le trabajo, et c. En resumen, se puede afirmar que la blenorragia está enormemente difundida en casi todas las edades y en casi todas las clases de la socie- dad. Es causa de rn¡uchas afecciones crónicas de las articulaciones y de los órganos de la generación. Afecta práct'icamente a todas las prostitu- tas, incluso las clandestinas ; y, por último, disminuye grandemente la ca- pacidad del individuo enfermo. CHANCRO BLANDO Y ENFERMEDAD DE NICOLAS Y FAVRE Como en esta expos:1c1on queremos únicamente hacer resaltar los aspectos má,s r.:elevantes de la salubridad chilena y de los factores que infl1Uyen f,undam.ent almente en nuestra morbo-mortalidad, nos limitamos a citar est as dos afecciones dejando constancia que sobre ellas existen aún muy pocos datos est adísticos. Las enfermedades venéreas y en especial la s ífilis constituyen uno de los mayores factores que det erminan nuestra deplorable est adística demográfica y son uno de los puntos esenciales en los cuales ha de con- centrarse una acción int eligente en el sentido médico y sanitario. Como una comprobación de la poca o ninguna importancia que gene- ralmente se atribuye a los males venéreos, señala el Departamento de Higiene Social , de la Dirección de Sanidad, que de 587 hombres inscritos en sus policlínicos en el trascurso de 12 meses, 390, o sea el 66%, no 1 11 -
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