La realidad médico-social chilena
Lo que .roueye.:su a,fán de producir es el lucro, la ganancia ilimitada, .sin r~puar que en esta tarea un pueblo se aniquile o se malogre, ya que ni, &iquiera ae detiene ante el recurs.o de la guerra en su obsesión de conquistar los. tnercados mundiales. Este ha sido el deleznable des- tino d~ los países se_púcoloniales, de nuestros países sudamericanos que han aido. inagotables emporios de riquezas y de materias primas al ser- vicio del esplendor de las grandes naciones del mundo. . Por eso la acción de nuestros gobiernos no es sólo la tarea repara- dora de conducir al pueblo hacia un devenir, sino que tiene además que defenderlo de la-absorción y de la explotación de los imperialismos. eco- -nómicos que recorren el mundo . Esta labor reivindicadora, es sin duda, la primera obligación de un gobierno popttlar que desea devolver a la nacionalidad su riqueza y el usufructo de ella para un mayor bienestar. Sabemos, pues, que el desarrollo de nuestra economía nacional, está enmarcado dehtro de las posibilidades que ofrece el ·mercado mundial. La solución de nuestros problemas económicos no está, como algunos creen, en el cambio automá:tico del régimen de propiedad de ciertos pro- ductos de. exportación, sino preferentemente en encontrar para ellos un -mercado seguro y ventajoso. La nacionalización de las fuentes produc- tivas para satisfacer el puro sentimiento nacionalista, nada resuelve ni agrega ventaja económica; es menester hacerlo con vistas al juego del mercado y de la competencia mundial. Naturalmente, el desarrollo de la producción nacional, al crear nuevas fuentes de trabajo, y al incorporar grandes conting~ptes de obreros y de empleados a una actividad remu- nerativa, ha de elevar la capacidad adquisitiva del conjunto de la Na- ción; pero por mucho que se modifique la estructura interna de nuestra economía, el verdadero aumento de sus dimensiones está vinculado, sin duda, a la economía internacional. La guerra que se desarrolla en estos momentos, al cerrar para Chile algunos de los mercados europeos que nos eran habituales, es la prueba fehaciente de esta verdad y de- muestra que la buena voluntad de los estadistas tiene su límite en la re- lación que las leyes de la economía mundial han impuesto A. !os países secupdarios y dependientes . Las consideraciones anteriores, han determinado al Partido Socia- lista y a sus Ministros a proceder con otro criterio al abordar las res- ponsabilidades de gobierno. Nuestra primera tarea es descubrir y mostrar en.su más clara autenticidad la realidad nacional, las posibilidades de hacer y los recursos de que se disponen . Así se procede objetivamente y se puede medir el volumen de los problemas . Sabemos que nuestro de- seo de aliviar la angustia del pueblo chileno está limitado por una fron- tera infranquea,ble, pero esa frontera señala también un campo dentro del cual hay muclío trabajo que hacer y muchas conquistas por realizar. Á través de estas mismas consideraciones es fácil darse cuenta, ade- más, del estado de miseria en que ha vivi!Io el pueblo, de la carencia de hábitos higiénicos, de la predisposición para que en él se desarrollen la• epidemias y laa enfermedades de trascendencia social, del grado de 1 11 -
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