La realidad médico-social chilena

-6 - los adelantos realizados dentro del campo de la higiene y de la medici- na, los beneficios del acervo cultural, les ha estado prácticamente veda- dos a la gran masa de los chilenos, que es en definitiva la forjadoria de la riqueza pública. Nuestra economía nacional estuvo, hasta hace pocos años, dependiendo exclusivamente de dos o tres productos de exporta- ción principalmente el salitre y el cobre que constituyeron las primordia- les fuentes de entrada del Estado; industrias extractivas que no han sido explotadas por capitales chilenos ya que siempre han estado en manos de empresas extranjeras y a merced de los intereses del imperia- lismo económico interna,cional. Por el contrario, la agricultura y las in- dustrias fabriles se han desarrollado en la rubna y el empirismo, debido a la imprevisión de los regímenes pasados, al sentido conservador de la casi mayoría de los gobernantes del país, y a que el progreso de la téc- nica no había logrado infiltrarse en grande escala, en las labores del cam- po y de la industria. Nuestros agricultores continuaron el cultivo de aquellos productos de fácil mercado, que iniciaron los primeros colonos, desaprovechando una gran cantidad de terrenós cultivables, explotando más al hombre que a la tierra, carentes de un sistema orgánico y me- tódico de regadío y de comunicaciones, y utilizando instrumentos y ma- quinarias anticuadas. Por otra parte, las industrias ligeras se preocupa- ron del desarrollo de aquellos productos que tenían mercado fácil y se- guro, sometiéndonos a la condición de consumidores de mercaderías manufacturadas producidas por los grandes países industriales. De ahí la razón de que casi el 35 por ciento de los recursos provenían de las actividades del salitre y, en menor proporción, del cobre, que obtu- vieron para sí un régimen favorable en el pago de tasas. La crisis económica mundial del año 1929, determinó una baja súbita en el rendimiento de nuestras dos grandes industrias de exportación, y la economía chilena vió quebrarse los dos pilares que la sostenían . Las medidas tomadas apenas lograron paliar los efectos producidos por la repercusión de la crisis internacional. Sometida a los acontecimien- tos, la economía chilena buscó otros caminos, y en die"z años recorri- dos, se ha consegµido q.esarrollar algunos otros aspectos de nuestra agricultura: se han encontrado nuevos mercados en el exterior y ha cre- c1ao, por ·e1 empuje ae pequeños capitales nacionales, la producció_n u1- dustrial manufacturada que ha obligado a disminuir, en parte, loe por- centajes de exportación. No obstante estos progresos alcanzados, en t ér- minos históricos seguimos siendo un país colonial y dependiente. El progreso obtenido en el rendimiento de la producción nacional no ha dado un margen sensible de b:enestar en las capas populares porque al capitalismo in~rnacional - dueño económico y financiero de los gran- des centros de producción- le interesa sólo producir para satisfacer la demanda de los mercados, y no más. A las empresas capitalistas no les inquieta que haya una población de trabajadores que viva en condicio- nes deplorables, que esté expuesta a ser consumida por las enfermeda- des o que vegete en el obscurantismo. 1 11 -

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=