La realidad médico-social chilena

-45- Frente al cuadro de la producción y del consumo por habitante que acabamos de exponer, presentamos un estudio sobre el consumo medio ponderado por habitante, que resulta de asignar a cada individuo un co- eficiente de consumo de acuerdo con su edad, sexo, y trabajo desarrolado y que se· puede llamar dieta media estadística. Para analizar las características de esta dieta media estadística ha sido menester determinar las necesidades alimenticas del individuo medio de la población, trabajo que ha sido realizado por el Consejo Nacional de Alimentación según el censo de 1930 y de acuerdo con los standards establecidos por el Comité de Higiene de la Liga de las Naciones. En este estudio se ha considerado el número de habitantes por edad, . sexo, tipo de actividad muscular, tanto para obreros como para dueñas de casa y niños y, para las mujeres en: estado de · embarazo y lactancia . (Estos dos datos últimos han sido calculados por el número de lactan- tes, multiplicando por 91 2 el número de nacidos en el año 193-0). De esta manera se ha calculado que el individuo medio requiere 2. 400 calorías y alrededor de 70 grs. de prótidos, es decir, representa lo que se llama una unidad de consumo. Un cuadro comparativo de la composición de la dieta media esta- dística y de lo que considera como mínimo conveniente el Consejo de Alimentación es el que sigue: "fe r Cn tlllrO p .-íjiuo 4H De esta comparac1on se deduce que si el aporte global calórico y de proteínas tiene una deficiencia escasa, el consumo de alimentos protectores aparece francamente dismínuído mientras los alimentos ener- géticos (cereales y azúcar) son consumidos en una proporción más alta. La dieta media estadística es inferior a las cantidades recomenda- das como mínimas. Pero, además, queremos hacer resaltar, en forma ca- tegórica, que esta dieta mínima no es recibida en cantidad ni en calidad, siquiera aproximadamente, por la mayoría de los habitantes, lo que evi- dencia que mientras un porcentaje elevadísimo de la población está fran- camente sub-alimentado, otra parte de ella consume en exceso . El estudio de las encuestas demuea.tra, además que esta deficiencia de alimentos protectores que aparece en la dieta media estadística se acentúa en los individuos eón salarios bajos, y más aún, en relación a sus cargas familiares . De manera que entre las clases populares el bajo consumo de alimento protectores, con las consecuencias que ya se han analizado~ adquiere una especial importancia . La cantidad dé 250 graµios diarios de leche recomendada aquí no debe ser estimada como una contradicción con lo dicho anteriormente 1 11 -

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