La realidad médico-social chilena

-38- una proporc1on determinada de proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y sales minerales . Cualquier modificación que rompa la armo- nía que debe existir entre estos tipos de alimentos (dieta equilibrada) trae, inevitablemente, trastornos en la salud que pueden ser, afecciones graves y notorias, o carel).cias ocultas que determinen alteraciones del estado general, difíciles de apreciar, y que requieren: exámenes médicos minuciosos para diagnosticarlas: Estas afecciones ocultas tienen mayor importancia porque existen en gran parte de individuos generalmente considerados sanos, en quienes originan alteraciones del carácter y de la conducta, inferioridad vital y menor capacidad de trabajo; mayor gra- vedad adquieren cuando se trata de niños en los que originan trastornos serios del crecimiento y desarrollo mental . Estos alimentos se clasifican, según su aporte principal de energía calórica y en proporción: importante a determinados materiales no ela- borables por el organismo humano de acción fisiológica fundamental, en energéticos y protectores. El organismo desnutrido se convierte en presa fácil de todas las in- fecciones, tuberculosas, tíficas y agudas, sin contar las enfermedades di- rectamente producidas por la mala alimentación como los trastornos intestinales de los lactantes, principal causa de mortalidad infantil, ra- quitismo, enfermedades nerviosas, etc. A prear de que ·el trabajador chileno invierte en su alimentación y la de su familia, una cifra aproximada al 90% de su salario, que en ca- pas de extrema pobreza suele llegar al 100%, él está mal nutrido y la mayoría de la población sufre de hambre fisiológica. La encuesta efectuada por el Prof. Dragoni, en 591 familias, le per- mitió concluir que cerca del 50% no alcanzaba a la ración básica (hom- bre con trabajo sedentario) de 2. 400 calorías. Un 11 % estaba entre 2. 200 y 2 .400 calorías; otro 11 % entre 2. 000 y 2 . 200; un 15% entre 1.5000 y 2.000 y no menos del 10% con menos de 1.500 calorías. Cuan- do se considera que se trata de hombres que viven del esfuerzo muscu- lar en que se requiere un mínimum de 3.000 calorías, y cuya exigencia fi- siológica en los trabajos sobrepasa las 4. 000 calorías, estas cifras pare- cen increíbles . La estadística demográfica habla implacablemente y explica por qué en Chile la gente enferma más y muere más pronto que en casi ninguna otra parte del mundo. Comentando estas estadísticas dice el Dr. Burnet: "Para los trabajadores la ración comprendida entre 2. 400 y 3 . 000 calorías corre el riesgo de ser inferior a sus necesidades. Debajo de 2. 400 calorías para los trabajadores del músculo la subalimentación: es eviden- te y ya muy peligrosa; por debajo de 2. 000 calorías, la s:itulación se presenta grave y debajo de l. 500 calorías ya son raciones de miseria. Por est.o, considerando los países donde la Sociedad de las Naciones ha hecho encuestas, resulta desalentador comprobar que sólo en Chile, China, Marruecos, en capas de población excepcionalmente pobres, y ea. 1 11 -

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