La realidad médico-social chilena

- 29- eituación de nuestros trabajadores, no ha mejorado, de una década a esta parte. Pero es necesario considerar, al analizar estas estadísticas, el au- mento anual del número de imponentes del Seguro, calculable en un cinco por ciento, lo que hace disminuir en un fuerte porcentaje el monto del salario individual. Las conclusiones a que llegó la Comisión de Salario Vita:l, nombra- da en octubre de 1935, p1Aeden considerarse gravísimas. En efecto, ellas indican que la mayor parte de las empresas mineras pagaban el salario calculado por la Secretaría General, para cada zona y que el término medio del total de los salarios percibidos en las industrias y servicios examinados arrojaba la suma de $ 9 .18, siendo el salario vital medio de $ 8. 82, existiendo por tanto un saldo diario favorable al obrero de $ 0.36. En la agricultura se llegó a establecer que el salario medio se podía calcular en $ 5. 50, mientras que el vital debía ser estimado en $ 7 . 20 diarios . Como estos cálculos están hechos sobre la base de un obrero soltero y considerando que en los distintos rubros de alimentación, habi- tación, vestuario y varios, se han restringido a lo indispensable para vi- vir, resulta que a los obreros casados les resta sólo, en la industria, la suma de $ 0.36 para atender a los gastos de su familia. En la agricul- tura la situación es mucho más desfavorable; . lo que el .obrero percihe no alcanza para subvenir a sus necesidades más apremiantes . La desastrosa situación de los trabajadores agrícolas, insiste1.te - mente expuesta por los diputados de izquierda, ha sido corroborada por el diputado conservador Manuel José Irarrázaval, en un discurso pronun- ciado con motivo de la presentación de un proyecto de salario mínimo pJra el campesinado . Segqn dicho diputado, consta en la Memoria de la Sociedad Na- cional de Agricultura, que esta industria ha· pagado en el año 1938, la. suma de $ 870 .000. 000, comprendiendo el jornal y las regalías, y excluido el valor de la habitación. Estimando que existen 400 .000 tra- bajadores en esta industria, que deben repartirse esa suma, resultaría la cantidad de $ 2. 283 . 561, o sea, $ 5'. 95 por hombre-día. Esta cifra ha sido obtenida como promedie de los salarlos, debiendo hacerse presente que un considerable porcentaje de trabajadores del campo, ganen ínfi- mas remuneraciones, no su~riores a 1 ó 2 pesos diarios . Si se compara esta cantidad con los cuadros de costo de vida con- •feccionados por la Inspección General del Trabajo, para el mes de ju- . dé' 1938, se observa que existe una marcada. diferencia entre ambas ci- '. !ras . Di'cha es~distica -señala como gasto diario para un obrero, una su- mlL' que alcanza a $ 13. 29, en Magallanes, que es la más elevada, y a · $ ,.59 eri las provincias de :Ruble, Concepción y Bío-~ío, donde es la ni• baja . · . ' ' La cahti4a4 de $ 5,95, por hombre-dia, debe •aún ser coJppartida por 2 ...7 ,personas, que son los familiares del trabajador agrícola, lo que da U!$ cifra $ 1 . 70- diarios por' unidad vital de ·cQnsumo . 1 11 -

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