La realidad médico-social chilena
- 200- que no hay argumentación posible,-ni aquellas siquiera que se invocan- en nombre de J.os intereses vitales de la producción y de la economía del pais,-que no nos autorice pedir un reajuste de los salarios, elevándolos al tipo de salario que permita la satisfacción de las necesidades mínimas y elementales de los trabajadores, en relación directa con el costo de la vida. En otras palabras, estimamos que no se puede seguir tolerando que la plus valía directa, que hoy por hoy, absorbe una gran parte de la ver- dadera y exacta retribución del trabajo, siga este camino incontrolado, y .continúe siendo la única base de la riqueza acumulada por una minoria ,exigua, en detrimento de los trabajadores explotados. Propiciamos el salario familiar en relación con el C06to de la vida e insistimos en que éste debe pagarse ya a partir desde el cuarto m~ del embarazo (etapa prenatal). De esta manera ayudaremos económica- mente desde el comienzo de la gestación a la madre, permitiéndole una mejor alimentación; la obligaremos a un control médico precoz, lo que hará posible el tratamiento oportuno si lo precisa; y por último, evita- remos un porcentaje elevado de abortos por causa económica. (Indica- ción formulada a la Cámara de Diputados por el Ministro en este senti- do, en la discusión del Salario Familiar , (Propiciamos revisión de la po- lítica tributaria y de crédito: legislación sobre utilidades de industria& nacionales y extranjeras y plus valía) . POLITICA DE ALIMENTACION En consideración a que los alimentos protectores fundamentales que exige y requiere la normalidad de cualquier organismo humano, desde el punto de vista de su producción, está vinculada íntimamente a la tie- rra, estimamos que toda política que pretenda resolver con criterio ra- dical el problema de las subsistencias y de la alimentación popular, nece- sariamente debe tener por premisa y condición un reajuste de la actual estructura económica del agro nacional . En consecuencia, se impone una reforma agraria que oriente por derroteros sociales o colectivos la pro- ducción agrícola de nuestro país . Fundamental es también que la eco- nomía agraria pierda completamente su actual carácter colonial y feuda- lista, de produccion, sólo orientada exclusivamente a satisfacer los inte- reses de los grandes latifundistas y en cambio, adquiera, en forma impe- rativa, una dirección en órden a satisfacer las necesidades conjuntas y vi- tales del país ; es decir, que estructuremos una economía agraria, de pro- ducción y consumo, controlada y orientada claramente por las necesidades generales bajo la tuición directa del Estado. (Sólo exportación de exce- dentes, después de satisfacerse las necesidades nacionales) . Igualmente, la acción del Estado debe llegar al comercio distribuidor de las subsistencias, hoy por hoy, víctima de un afán de especulación y que adquiere gravedad, especialmente, en manos de los mayoristas que organizan grandes mono- polios, representañ.do el factor determinante de un encarecimiento artifi- 1 11 -
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