La realidad médico-social chilena
-100 - tra los flagelos y VICIOS, para llevar hasta los más apartados rincones los adelantos de la ingeniería sanitaria y de la medicina social . La crudeza con que hemos analizado la realidad nacional, tiene por-. objeto dar a conocer toda la magnitud del problema, pesar la herencia.. que hemos recibido ; medir las proyecciones y estudiar las soluciones. que más convengan. Yo sé que estamos muy distantes de aquellos dias en que se consi- deraba impolítico y antipatriótico el que un Ministro de Estado mos- trara a sus conciudadanos la verdad descarnada de los hechos. Ni tal es el pensamiento que hoy informa la mentalidad pública, ni hay otra. manera de conocer y examinar las realidades biológicas de un pueblo . En materias como ésta no pueden haber subterfujios, ni simulacio- nes. La higiene social, la salubridad pública, la medicina, no admiten transacciones. Las enfermedades, la desnutrición, el alcoholismo, las endemias, y epidemias y la ignorancia, actúan y cori::oen por debajo y por dentro de todas las apariencias y son inexorables en sus efectos. Nuestro país h& sido víctima de ello y a ese hecho se debe que estemos ante una realidad médico-social que alarma. El capital humano, que es la base fundamental de la prosperidad económica de un pais, ha sido subestimado y ha ef:!tado abandonado a su propia suerte. Ahí radica principalmente la causa de que de nuestra pobfación haya aumentado tan escasamente; ella debe ser mejorada y acrecentada a base del número y de la calidad de los habitiintes autóc- tonos ; su crecimiento progresivo, es la condición primera de la pros- peridad de un pais, y resulta del estado de s,alud y de cultura de sus componentes. En términos históricos, los países se valoran por la calidad de sus- habitantes y por el volumen de su población, antes de que por sus disponi- bilidades materiales. Cualquier plan de Gobierno requiere una población densa, sana, capaz de producir y de hacer florecer el desarrollo indus- tria] y económico. Esta es la misión del capital humano. Toda otra forma. de riqueza: materias primas, instrumentos de tra- bajo y demás,-pierden su significado para el país que las posee, Si no dispone de hombres capaces de valorizarla y defenderla; si no cuenta en suma con un pueblo robusto y fuerte que le dé destino. Nuestro capital humano ha sido, pues, seriamente afectado por el ~bandono y la imprevi~ión sociales . Tenemos, desde luego, casi la má!t aTta mortalidad infá,ntil y adulta del mundo, comparable sólo con la de- los paises más atrasados. El censo de morbilidad es pavoroso, sin que haya sido posible aún disminuir ·en términos apreciables los 8$1:ragos de la tuberculosis, de la sífilis, de las enfermedades infecto-contagiosas. El aumento vegetativo de la población .está por debajo de lo normal, lo que hace que en sesenta años, Chile apenas baya aumentado su población 1 11 -
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