La realidad médico-social chilena

reciben subvenciones fiscales que en total llegan a cerca de $ 5. 000. 000, No es posible desconocer la buena voluntad y el interés que ponen en su labor de ayuda, pero por su extructura, su falta de técr.ica y su dispersión constituyen finalmente una forma anti económica e incon- veniente de auxilio y de asistencia social. En cuanto a los servicios médicos de organismos de Pr.evisión se destaca, en primer lugar, el de. la Caja de Seguro Obr.erQ. El desarrollo, que ha ido tomando en el curso de pocos años y el ri'lÍmero de imponentes afectos a él hace de éste el más digno de estudio y consilderación. A su cargo está el cuidado de la salud de más de un millón de asegurados., Guardando relación con los postulados de la medicina moderna, en estos servicios, el concepto de! trabajo médico practicado por un pro- fesional aislado, ha sido definitivamente .reemplazado por el con- cepto del trabajo eri equipo, en el que varios profesionales de distintas espPcialidades aportan cada uno sus conocimientos especializados. En la nueva organización, la medicina se hace en colaboración, se ejerce sobre un menor número de pacientes, se hace un mayor uso de los métodos de investigación científica y, por último, se comienza a dar a la medicina preventiva la importancia que tiene, no solo para la salud de los asegurados, sino para el futuro económico social de la Institución aseguradora. Muchos defectos conserva todavía la atención médica que reciben los asegurados y ello proviene de la comprensiqn ·insuficiente de los conceptos modernos de medicina de la previsión y de la falta de recursos necesarios para atender la altísima morbilidad provocada por las con- diciones económico sociales del país, a pesar de que ya .se invierten más de cien millones de pesos. El defecto más notorio y evidente de la organización de los servicios médicos de la República es el que se deriva de su falta de coordinación. Esta trae como consecuencia obligada un menor r endimiento y un mayor gasto. La incoordinación que existe entre los servicios de la Beneficencia y los otros servicios asistenciales del país, hace que el enfermo deba ser examinado en el hospital con prescindencia absoluta de los reconocimien- tos y terapéuticas a que haya pedido estar sometido en otros servicios; tal es el caso del obrero as~gurado que debe hospitalizarse. La falta de una estadística y de un fichero central hace que las historias clínicas deban confeccionarse varias veces, así como deben re- petirse sin provecho y con pérdidas de tiempo y de dinero los exámenes de laboratorio, rayos ~. etc. · En el caso de un luético, por ej., el eiµermo deambulará del policlínico del Seguro al de la Dirección General de Sanidad o Municipal para llegar un dia al hospital sin que los diversos médicos a quienes les ha tocado 1 11 -

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