La realidad médico-social chilena

-184- dad Municipal, inconexa y falta de técnica, consumen anualmente alre- dedor de 25 millones de pesos. En su deseo de mejorar los servicios, la Sanidad, en lucha contra la incomprensión ambiente y paralizada por la falta de claridad y de visión de antiguas DiFecciones Generales, ha procurado aumentar la órbi- ta de sus actividades, creando dispensarios ,mal dotados, cuyo personal carece a menudo de formación sanitaria correcta. En estas condiciones la obra realizada resulta trunca y, _en últimq término, de efectos minimos que no corresponden en ningún caso a lo que e: pais requiere con ur- gencia. La labor Asistencial está entregada fundamentalmente a la Bene- ficencia Pública, que desde 1924, bajo la influencia del Dr.· Alejandro .del Río, sobre todo, toma el carácter de Asistencia Social. Año por año el presupuesto de la Beneficencia ha ido creciendo y en realidad puede absorver todos los recursos que se pongan a su dispo- sición, p.orque su acción no es preventiva y viene a ejercitarse cuando la enfermedad ha dañado gravemente al organismo humano y la repa- ración es problemática y en todo caso larga y costosa. Además, a pesar del progresQ en su organización y técnica, las for- mas d~ trabajo en nuestros hospitales conservan muchos rastros pro- fundos de antiguas concepciones sobre la hospitalización, que 'limitan seriamente su rendimiento. Entre ellas, sin pretensiones de agotar el problema, insistimos de nuevo en el _horario de trabajo, únic~me_t1· te matinal, que r educe a la _!P,Jta,d p_or _lo menos, el . 3:I?~Ove- cliamiento del cuantioso material técnico acumulado y que abandona a "tus enfermos durante la mayor parte del día al cuidado de un perso- nal no médico, ya que el personal de-guardia es siempre mínimo. El tra- bajo del hospital está, caracterizado, pues, por una lentitud que, en nues- tra pobreza de recursos y con nuestras altas . cifras de morbilidad es profundamente perturbadora e inconveniente. . Hay además otro aspecto en el cual la organización del tr-abajo hos- pitalario es anticuada y sin relación con las necesidades ambientes. Nos referimos a la distribución de las camas en los diferentes rubros de la patología, hecha en tal forma, que la estada media del enfermo resuffá muy prolongada y en muchas partes aproxima el hospital al Asilo. Para una buena atención médica, la unidad cama-enfermo es un punto cuya consideración es esencial, ya se trate de prevenir o de curar: la observación clínica del sospechoso o del enfermo incipiente, el aisla- miento de los contagiosos, la readaptación del inválido temporal son indispensables y sólo posibles de hacerse en organismos ~ospitalarios , La mezcla en una misma sala de enfermos agudos y ~rónicos que muchas veces se eternizan, es otro de los inconvenientes del actual sistema que dificulta la buena utilización .qe las camas existentes. Debemos referirnos, también, a las instituciones de Be~eficencia privada cuya acción se ejercita en la forma más heterogénea y que 1 11 -

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=