Bicentenario de Hispanoamérica: Miranda escritor
15 por la emancipación americana; cómo buscaron —y lograron— hacer sospechosos cada uno de sus pasos; lo excluyeron de cualquier actuación; y hasta sus gestiones políticas de obvia necesidad se convirtieron en motivos de suspicacia y en nuevos pretextos para inmovilizarlo" 15 . Más de un mes después del terremoto y de la caída de la importante ciudad de Barquisimeto, el 23 de abril, a regañadientes, se nombra generalísimo a Miranda. Ya es muy tarde. Pero sólo el 16 de mayo éste consigue reunir al Gobierno Federal y al de la Provincia de Caracas para tomar medidas contra la anarquía creciente. Se obtiene la Ley Marcial y la suspensión de la Constitución para permitir al generalísimo nombrar jefes militares. Mas, todavía a mediados de junio el Gobierno de Caracas se negaba a aceptar esa ley. Mientras Miranda era retenido en Caracas por las agobiantes negociaciones políticas e insistía en la necesidad de reorganizar el ejército 16 , Valencia había caído en poder de los realistas, a raíz de la traición de un jefe, Juan Montalvo, que desertó en plena batalla. Todas las ciudades importantes, salvo Caracas, estaban ya en manos españolas. Sin embargo, la oposición y las intrigas contra Miranda proseguían. El 12 de junio, Luis Delpech le escribía: "Todos, mi general, excepción hecha de un pequeño número, parecen conjurados para destruir la Patria que usted quiere salvar" 17 . Al sombrío panorama se añadirá la sublevación negra en favor del Rey y en contra de los criollos patriotas, la que a poco llega a amenazar a la propia Caracas. La confusión y el desánimo se hacen generales. Pero Miranda cree que todavía se puede luchar. El 29 de mayo habla así a sus compatriotas, en una proclama: "Habitantes de la provincia de Caracas: Es llegado el 15 A. Mijares, op. cit., 211. 16 Dice C. Parra-Pérez en su Historia de la Primera República de Venezuela, II, 236- 237: "Miranda emprendió la organización de su ejército con el mismo espíritu con que San Martín, como él militar de profesión, realizó la de las tropas que en 1814 le confió el gobierno de Buenos Aires, en Tucumán. Después de la derrota de Belgrano, San Martín hizo un campo atrincherado y se dedicó a instruir a oficiales y soldados. Lo mismo, con el buen éxito que se conoce, efectuó el general argentino en Cuyo. Sólo que las tropas de San Martín no desertaban y los realistas estaban lejos". 17 Cit. por A. Mijares, op. cit., 213.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=