Bicentenario de Hispanoamérica: Miranda escritor

120 descubrirlos. Ellos saben lo que es la Inquisición, y que las menores palabras y hechos son pesados su balanza, en la que, así como se concede fácilmente indulgencia por los pecados de una conducta irregular, nunca se otorga al liberalismo en las opiniones. «El orgullo y fanatismo de los españoles son invencibles. Ellos os despreciarán por haber nacido en América y os aborrecerán por ser educado en Inglaterra. Manteneos, pues, siempre a larga distancia de ellos. «Los americanos, impacientes y comunicativos, os exigirán con avidez la relación de vuestros viajes y aventuras, y de la naturaleza de sus preguntas podréis formaros una regla a fin de descubrir el carácter de las personas que os interpelen. Concediendo la debida indulgencia a su profunda ignorancia, debéis valorizar su carácter, el grado de atención que os presten y la mayo o menor inteligencia que manifiesten en comprenderos, concediéndoles o no vuestra confianza en consecuencia. «No permitáis que jamás se apodere de vuestro ánimo ni el disgusto ni la desesperación, pues si alguna vez dais entrada a estos sentimientos, os pondréis en la impotencia de servir a vuestra patria. «Al contrario, fortaleced vuestro espíritu con la convicción de que no pasará un solo día, desde que volváis a vuestro país, sin que ocurran sucesos que os llenen de desconsolantes ideas sobre la dignidad y el juicio de los hombres, aumentándose el abatimiento con la dificultad aparente de poner remedio a aquellos males. «He tratado siempre de imbuiros principalmente este principio en vuestras conversaciones, y es uno de aquellos objetos que yo desearía recordaros, no sólo en todos los días sino en cada una de sus horas. «¡Amáis a vuestra patria! Acariciad ese sentimiento constantemente, fortificadlo por todos los medios posibles, porque sólo a su duración y a su energía deberéis el hacer el bien. «Los obstáculos para servir a vuestro país son tan numerosos, tan formidables, tan invencibles; Llegaré a decir que sólo el más ardiente amor por vuestra patria podrá sosteneros en vuestros esfuerzos por su felicidad. «Respecto del probable destino de vuestro país, ya conocéis mis ideas, y aún en el caso de que las ignoréis, no será este lugar a propósito para discutirlo.

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