Ser-humano (cartografía antropológica)

— 87 — “ dictum papae ”, que fue un edicto del Papa Gregorio VII en el que él establecía de modo lapidario que sólo el Papa podía nombrar a Obispos y Arzobispos, lo que en aquel tiempo no se cumplía, ya que los reyes solían tomarse esas atribu - ciones. En segundo lugar, establecía este dictum papae que sólo el Papa podía coronar al Emperador del Sacro Imperio Romano Germano, y, en tercer lugar, que sólo él tenía la autoridad suficiente para destituirlo, si habían razones justifi - cadas para ello. Sólo señalo aquí estas tres cláusulas que permiten entender por qué Enrique IV no sólo no acató este dictum , sino que se indignó por ello. Y como este rechazo se lo hizo llegar al Papa, la consecuencia de ello fue que el Papa lo excomulgó. Esto ocurrió el 14 de Febrero de 1076. Mas entonces, ante tan grave situación, los Principes Electores (que eran quie - nes elegían al Kaiser del Sacro Imperio Romano Germano) le pusieron a Enrique como condición que consiguiera que esa excomunión se anulara en el curso de un año. Como se ve, Enrique no tuvo luego más remedio que este “Paseo a Canossa”, el cual, al fin y al cabo, si bien fue efectivo, significaba, sin embargo, un cambio en la balanza de lo que se conoce como “guerra de las investiduras”: la consecuen - cia muy clara y rotunda del mencionado paseo fue la del sometimiento al poder intemporal y absoluto del Papa por parte del Rey. Tal vez por ello se entiende que Enrique volvió rápidamente sobre sus andanzas y pronto inició una nue - va ofensiva contra el Papa. Incluso, en algún momento nombró él mismo otro Papa, el Papa Clemente VII, y el Papa Gregorio VII afligido por esto solicitó en 1082 ayuda al Príncipe normando Robert Guiscard. Cuando Enrique IV en 1084 finalmente toma Roma, los normandos huyen con Gregorio VII que muere al año siguiente, como también su Príncipe protector y raptor a la vez, Robert Guiscard. Por consiguiente, en una perspectiva histórica, si bien esto acarreó consigo una nueva inclinación de la balanza, esta vez a favor del Emperador, sin embargo lo que se consagró en definitiva es el “Paseo a Canossa”, con la consiguiente conno - tación y relevancia histórica que ello tiene. Como vemos, este “paseo” es a la vez representativo del homo viator y qué equilibrios del poder él establece.

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