Ser-humano (cartografía antropológica)
— 75 — “Cada filósofo creador es un oculto teólogo” (GdPh, v. 1, p. 96). Jaspers: Filosofar es, así considerado, “interpretar las cifras de la trascendencia” (GdPh, v. 1, pág. 136). “Dios es/... / la trascendencia” (GdPh, v. 1, p. 127). Y ahora por el lado del ateísmo: Marx: “La crítica de la religión es el supuesto de toda crítica” (GdPh, v. 1, p. 411). Y para culminar finalmente Feuerbach: Dios es “la esencia absoluta del alma humana” (GdPh, v. 1, p. 406). Heidegger tiene una mirada crítica en lo que se refiere a la ontoteología y se propone su superación. La cuestión es precisamente que: “El carácter onto-teo-lógico de la metafísica ha llegado a ser cuestionable / fra- gwürdig / para el pensar” (Dov, p. 51). Pero, ¿de qué dios se trata aquí? El texto nos da la predecible respuesta: se trata en primer lugar del dios causa sui : “A este dios no le puede orar el hombre ni ofrecer sacrificios. Ante la Causa sui no puede el hombre caer de rodillas ni hacer música o bailar” (DoV, pág. 70). Incluso al interpretar Heidegger el dios que ha muerto de Nietzsche, lo relaciona justamente con el dios causa sui , en buenas cuentas, con el dios de los filósofos . Y lo cierto es que Heidegger plantea aquí que éste sería no sólo el dios de los filósofos, sino el dios teológico-bíblico, sin duda considerando en ello lo que ha hecho la teología racional con el supuesto Dios. Por otra parte, dado que pre - cisamente el dios causa sui de uno u otro modo permite su demostración, así como veíamos en relación a la demostración aristotélica, Heidegger (y habría que agregar, sin reconocerlo) hace eco del planteamiento radical de la teología negativa, que sostiene simplemente que un dios demostrado, o un dios que se deja demostrar, no es dios. Leemos en el Nietzsche de Heidegger que: “/... / un dios que tiene que hacerse demostrar su existencia, tie - ne que ser al final un dios muy a-divino /no- divino, ungöttlich /, y la de - mostración de su existencia conduce a lo más a una blasfemia” 38 . 38 M. Heidegger, Nietzsche , vol. 1, Pfullingen: Neske, 1961, p. 366, trad. mía. En adelante: N
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