Ser-humano (cartografía antropológica)

— 55 — concebido como un cosmos viviente, como anima mundi, y ello a la vez está directamente vinculado con su pareja sacralidad. Pues bien, prácticamente todo lo que concierne al homo sacer , a su modo de ser y de habitar el mundo, es susceptible de convertirse para nosotros en una enseñanza y una respuesta a muchos de los problemas que nos aquejan hoy. En este sentido, si uno de los parámetros de las concepciones antropológicas es el de amalgama y sinergia, es deseable a su vez que se constituya una amalgama con el homo sacer , para que ella provoque efectos sinergéticos ad hoc , pero ello naturalmente sólo es posible en relación a la 12ª concepción que proponemos, a saber la del ser humano consciente. Precisamente la toma de conciencia – como apertura y como orientación– que requerimos hoy a modo de salida a la situación actual en que nos encontramos, tendría que recoger y asimilar las enseñanzas del homo sacer . Y, por lo que hemos visto, ¿cuáles son estas enseñanzas, en lo fundamental? Por de pronto, la sacralidad del mundo del hombre arcaico, que es precisamente homo sacer . Ello tiene que ver con el mundo que habitamos y que fue desacrali - zado ya desde tiempos remotos, en concreto desde el homo viator en adelante. En efecto, el cristianismo trajo consigo una decidida de-sacralización del cosmos y una erradicación de todas las divinidades que lo poblaban. Ello se debe a que la teología cristiana relegó lo sacro y divino única y exclusivamente a una tras - cendencia, a una dimensión supranatural completamente separada e indepen - diente de lo cósmico. El homo sacer desde la perspectiva de Löwith El tema de la de-sacralización se conecta con lo que Karl Löwith pensara como “desmundanación” ( Entweltlichung ) que habría atravesado la historia de la filosofía ( El concepto de mundo en la filosofía moderna ) 22 . Se trata de un fe - nómeno de olvido y menosprecio del mundo, del cosmos, asociado con la ad - judicación del ser y la verdad a un “otro mundo”, a una dimensión supra-na - tural y trascendente. Las sucesivas estaciones de la desmundanación están representadas por Parménides, Platón, el cristianismo y la traducción de los conocimientos científicos en tecnologías, vale decir, lo que hoy llamaríamos la tecnociencia. Con Parménides se inicia la desmundanación en atención a su concepción del ser como inmóvil y eterno, es decir, más allá de este mundo que es en el tiempo y supone cambio y movimiento. Con Platón continúa la desmundanación en razón de la trascendencia del mundo 22 K. Löwith, Der Weltbegriff der neuzeitlichen Philosophie (El concepto de mundo en la filosofía moderna) en: Informes de Sesiones de la Academia de las Ciencias de Heidelberg –clase histórico-filosófica– año 1960, 4, art.

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