Ser-humano (cartografía antropológica)

— 181 — las concepciones antropológicas paralelas del homo ludens y del buscador de sentido apuntan en la misma dirección. Por de pronto, el homo ludens porque nos hace tomar conciencia del guión teatral, que es justamente lúdico. Al res - pecto, cabe agregar que aquí es nuevamente el pensamiento de Heidegger el que es particularmente revelador, en este caso, porque ilumina de un modo cla - rividente al homo ludens , y ello en razón de que lo entiende, así como al Dasein , ontocéntricamente. En la Conferencia “La proposición del fundamento” se trata de que el hombre juega porque está puesto en juego en el juego del ser . Leemos allí lo siguiente: “Apenas hemos experimentado este juego y no hemos pensado su esencia, a saber, en cuanto a qué es lo que juega, y quién lo juega, y cómo debe pensarse aquí el jugar. Si aseguramos que el aquí mentado juego, en el que el ser descan - sa, es elevado e incluso el más elevado juego, libre de todo arbitrio, entonces se dice poco con ello, si acaso esto elevado y lo más elevado no es pensado a partir del secreto del juego” (SvG, p. 186, trad. mía). En segundo lugar, la concepción del ser humano como buscador de sentido tam - bién es afín con el ser-humano consciente. El énfasis está puesto aquí en el ince - sante buscar, explorar, y por lo mismo, en una aventura siempre abierta y pen - diente que, justamente por ello, evita el detenerse en algún punto, establecerse y sustancializarse, pretendiendo haber alcanzado la originariedad. Destaquemos también que si hemos dicho que el autor del guion es el ser, cabe reconocer que a la vez podría ser el posible Dios. Pero, si fuere así, el guion esta - ría ya escrito y equivaldría al guion que rigurosamente aprende, sigue y discipli - narmente lleva a cabo el homo viator a lo largo de la historia. Es por ello que en definitiva nos mantenemos en que el autor del guion es el ser abierto y abismal, y que posibilita que este último permanezca siempre abierto. 5 Por último, el ser-humano consciente, porque asume que ser humano equivale a un guion, se continúa con ello el proceso de de-subjetivación que en particular comenzara con el ser humano como posibilidad y proyección y se continuara con el ser humano en su estado actual, sumido en su fragilidad. Pero, con toda la cercanía que hay entre el ser humano frágil y el ser-humano consciente, hay a la par una diferencia crucial y en la que nos va el ser: es precisamente una toma de conciencia radical de nuestra co-pertenencia al ser, al cosmos, al entorno, junto a los otros seres humanos, lo que nos puede salvar. Como concluye Heide - gger La pregunta por el técnica , citando a Hölderlin, “Donde está el peligro, ahí crece también lo salvador”, se trata –si interpretamos esto a nuestro modo– del tránsito del ser humano frágil al ser-humano consciente. Esto lo decimos en el sentido de que en buena medida lo que fragiliza al ser humano de nuestra épo - ca es habitar en la era de la técnica, y agreguemos, del imperio y la imposición

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