Ser-humano (cartografía antropológica)

— 144 — el vecino, que anhela la prosperidad. Buena es esta Eris para los hombres’ ” (NRS, p. 62, trad. mía). Safranski destaca cómo Nietzsche está influido por la caracterización de Grecia que hace Jakob Burckhardt sobre la base del agon , y ello lo expresa al modo de una conversión de la energía dionisiaca en una forma apolínea que permita vivir. Pero, agrega a ello que existe el peligro de que lo apolíneo aplaque entonces lo dionisiaco, y es por ello que, igual que un volcán que de vez en cuando tiene que estallar y su lava arrasar con todo, lo dionisiaco tiene entonces que irrumpir, incluso de modo bélico. Igualmente en Nietzsche lo que predomina es el agon que puede expresarse como cultura, al servicio de la cual debe estar el Estado (cfr. NRS, p. 62-63). Este poder de la cultura, del mito, del Imaginario se relaciona además al menos con tres aspectos adicionales: el primero se refiere al vínculo con Wagner, ya que éste representaba ante todo la posibilidad de una nueva cultura, relacionada en particular con la mitología germánica. Esto mismo es lo que induce a la vez al quiebre con Wagner, ya que Nietzsche estima que el músico se ha apartado de este ideario. El segundo aspecto se refiere al planteamiento de que lo que llamamos ver - dad tiene un origen metafórico, y por lo mismo, ficticio, según leemos en Sobre verdad y mentira en sentido extramoral . Para llegar al concepto de ‘frío’, arran - cando de un estímulo sensorial, hay varias metáforas que configuramos. Esto nos importa aquí desde el momento que Nietzsche reconoce con ello el papel decisivo que juega la ficción en la construcción de la realidad y del mundo. El tercer aspecto relativo al poder de la cultura, del mito y del Imaginario, se refiere a Dios y el “trasmundo” ( Hinterwelt ) y el dominio que ello ha tenido a lo largo de la historia como “negación vital” y nihilismo. Justamente en torno a una “nada celeste” se ha podido organizar la historia. Ha llegado la hora en la historia en que se presenta “el más inquietante de todos los huéspedes” ( der unheimlichste aller Gäste ), a saber, la nada. Esto exige una aclaración: si finalmente en la historia ha llegado la hora de la visita de aquel huésped, ello tiene que ver con el nihilismo que Nietzsche clasifica como “activo” en el Capítulo “La caída de los valores cosmológicos” de La voluntad de poder . En esta forma de nihilismo se trata de que, al haber desmantelado el tras - mundo, nos hemos quedado con las manos vacías, con nada. Justo por ello, lo que sigue es el “nihilismo incompleto”, por cuanto, de alguna manera in - ducidos por el horror vacui, procuramos llenar el vacío que ha quedado y nos aferramos entonces (como el hombre como centro) a la libertad, la razón, la conciencia, el progreso y los negocios. En contraste con estas formas y sub - formas del nihilismo, el “nihilismo pasivo” implica más bien estar oprimido (como el camello) bajo el peso del trasmundo que equivale simplemente a

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=