Ser-humano (cartografía antropológica)

— 142 — se aposenta aquí en el tribunal; y menos todavía es la gracia la que anuncia el fa - llo: sino la vida sola, aquella fuerza oscura, impulsora, insaciable que se apetece a sí misma” (NuN, p. 269). Si bien, según aclara Nietzsche, los tres estilos se justifican, es con el estilo crítico que él se identifica plenamente, y ello se debe a que, de acuerdo al posterior desarrollo de su pensamiento, éste es el que le abre el camino al super-hombre. 6 De este modo, podríamos decir, le debemos particularmente a Nietzsche una suerte de apertura de la historia (como ya destacábamos, en el sentido de una historia cuyo gestor es el ser humano). Ello atañe en particular a la historiografía; se trata de un abrirse al futuro, hacia un campo que recién hay que comenzar a hollar. Únicamente de esta forma los estudios historiográficos le pueden servir a la vida . Y si esta apertura histórico-futurológica está representada ante todo por el estilo crítico, los otros estilos también tienen su justificación, mas sólo en la medida en que lo que predomine y marque la pauta sea el estilo crítico. A partir de ello podemos entender también que Nietzsche hable en la Segunda In - tempestiva de la historiografía ( Historie ) considerando en ello la relevancia que tiene el relato, y junto con ello, el discurso y el lenguaje, en la construcción no sólo de la historia, sino de la realidad. Otra Contemplación intempestiva , a saber, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral , tiene en este punto particular relevancia. En el abanico de las concepciones antropológicas, con Nietzsche corresponde subrayar que el hombre como centro alcanza su apogeo, y esto hay que enten - derlo en un sentido dinámico, en cuanto a que el hombre completa su centra - lización y ello particularmente desde el momento que el hombre es entendido como “un ente que se produce a sí mismo”. Ello está a la vez en perfecta con - cordancia con la apertura de la historia e historiografía que mira hacia el futuro , que, decíamos recién, tiene lugar con Nietzsche. Por otra parte, desde una perspectiva distinta, la mencionada apertura histórica se presenta también en la idea de progreso que ha acompañado al hombre en su paulatina centralización. Podría decirse que justamente el peso que tiene la idea de progreso radica en que la historia comienza a tener un acento cada vez más pronunciado en lo futuro. Es por ello que a su vez el hombre activo es tributario de ello, y podríamos decir por de pronto por tratarse de la acción. Si bien está claro que no contamos sino con la alternativa de actuar en el presente, el ser humano activo dimensiona el presente no más como una mera continuidad y reiteración del pasado (como en particular el homo viator , debido a la rememo - ración perpetua de los sacramentos) sino de un presente que debe ser el campo a labrar para el futuro.

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