Ser-humano (cartografía antropológica)

— 128 — que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta concien - cia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción” 83 . Con todo, tratándose del papel que les cabe a los modos de producción o al trabajo ¿acaso reflejan ellos, por sí solos, la determinación fundamental de la sociedad y de la existencia humana? ¿No podría ser esto justo al revés? ¿No hay otras determinaciones, como juego, saber, creación, fe, mito, que podrían ser las que verdaderamente representarían el fundamento del cual resultarán unos modos de producción acordes con ello? Pensemos en los países islámicos, por ejemplo: ¿no parece ser la religión allí lo que fundamentalmente configura esas sociedades? 4 Propio también del ser humano activo es a la vez su poder de transformación de la sociedad. Ello se explica en términos de un declarado intento de conducir el acontecer histórico en una determinada dirección. Sin duda en ello el hombre activo sigue siendo tributario del homo viator , ya que este último ha logrado sig - nificativamente darle una perpetua orientación a la historia: el poder intemporal de la Iglesia rigiendo sobre el poder temporal del mundo. A diferencia del homo viator , al animal racional le era ajeno el tiempo lineal y seguía primando en Gre - cia una concepción cíclica del tiempo. Ello se refleja en la filosofía de la historia que desarrollan tanto Platón como Aristóteles (de todos modos ello es más mar - cado en este último). Se trata de una transición cíclica entre distintas formas de gobierno, considerando su corrupción, recuperación, nuevamente corrupción, y así sucesivamente, y que se daría en la secuencia de monarquía, aristocracia, república, democracia, plutocracia, tiranía. Mas, por de pronto a la altura del sujeto universal, y especialmente consideran - do el modo de presentarse en Hegel, la historia es considerada bajo la impronta de la determinación de la razón universal en su despliegue, y ello a su vez apo - yándose en el presupuesto de un progreso lineal. Este modelo histórico-determinista hegeliano es el que influye directamente en su discípulo Marx y en lo relativo a la formulación del materialismo histórico. Nos encontramos aquí con un modelo histórico- filosófico-político determinista, similar al del homo viator , en el sentido de que hay en él un acontecimiento fun - dacional –el Manifiesto comunista de 1848– un largo camino que recorrer, el del socialismo, y una fase final: el advenimiento del comunismo. Cabe destacar que notablemente ha ocurrido, en lo relativo a este modelo, y por primera vez de un modo rotundo en la historia de la filosofía, que ha sido llevado a la práctica, ha 83 http://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm

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