Ser-humano (cartografía antropológica)
— 126 — su voz) es el oráculo en nuestro mundo de aquél “otro mundo”: “Aquella voz es /.../ la que se traduce a través de mi lenguaje en oráculo del mundo eterno, que me anuncia, en cuanto a mi parte, a qué debo ajustarme en el orden del mundo espiritual /.../” (BdM, p. 298). De este modo pues renace con Fichte el ser humano como centro al replantarse como ser humano activo, como un yo que considera a todo lo otro , al mundo y a la sociedad, como no-yo , simplemente en vistas de que equivale a la tarea por cumplir, a la transformación todavía no sucedida de la naturaleza y la sociedad. La única justificación, por ende, que tiene el no-yo es que ha de ser transforma - do y asimilado por el yo en su despliegue activo incontenible. De este modo, con Fichte se plantea y se inicia en propiedad probablemente el tercer vuelco más grande que ha experimentado la humanidad. El primero, el más grade de todos, es el tránsito del mito al logos y el parejo nacimiento del animal racional, el segundo es el del hombre como centro, y este último, el ter - cero, corresponde al tránsito de la vita contemplativa a la vita activa . La fecha de publicación –1800– de El destino del hombre da qué pensar. La Revolución In - dustrial y la más gigantesca transformación del entorno y la sociedad coinciden también con el inicio del siglo XIX. 3 Por su parte Karl Marx puede reconocerse como co-fundador del ser humano activo, aunque cronológicamente sea posterior a Fichte. En relación al hombre activo podría decirse que Fichte claramente le dio su formulación teórica en su estado inicial, y cuando todavía no se había realizado históricamente. Con Marx, en cambio, ya nos encontramos con un ser humano activo en plena acción en la historia. Mas, igualmente, cabe decir, ello no le resta fuerza alguna a sus plan - teamientos, máxime cuando más encima nos percatamos de que el ser humano activo se va a presentar en Marx sobre todo como hombre trabajador. Agreguemos desde ya que, si reconocemos aquí a Marx en calidad de co-fun - limita a aquél. Si el comportamiento práctico del Yo consistiera sencillamente en su actividad pura, desplegada sin resistencia hasta el infinito, entonces el Yo práctico coincidiría con el Yo absoluto. El Yo tiene que hacerse teórico para establecer un obstáculo y así superarlo en el esfuerzo ( streben ); así conquista su identidad en el ejercicio mismo de su actividad. La razón de la existencia del mundo es moral, su única función es permitir la acción moral y ser el escenario donde se desarrolla. La razón es práctica, pero es ella misma práctica, sin intermediación, es unificación de logos y representación , de intención de sentido y de cognición de significado. La razón consiste en el esfuerzo por resolver la tarea que ella en sí misma plantea a los seres morales”. Renato Ochoa, “ Fichte, fundamentos de la querella sobre el ateismo ”, PHILOSOPHICA, 27, 2004, pp. 173-184. Disponible en http://www. philosophica.ucv.cl/abs27Fichte.htm
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