Ser-humano (cartografía antropológica)
— 116 — ya se anunciaba con Spinoza –una contemplación del mundo sub specie aeterni - tatis . Lo que sea el ser, la verdad y el pensar, todo ello es idéntico con el espíritu universal, el cual a la vez es Dios. Visto desde esta perspectiva encontramos en Hegel claramente un replanteo del homo viator . Ello se va dilucidando cada vez más claramente en la medida en que nos sumergimos en su pensamiento. El pensamiento hegeliano es de carácter dialéctico y ello se expresa desde los conceptos fundamentales: por de pronto, el ser (tesis), cuya negación es la nada (antítesis), y cuya superación ( Aufhebung ) es el devenir (síntesis). La negación es constitutiva de cada fenómeno, ya que es lo que permite su despliegue, el cual es en definitiva, despliegue del espíritu universal, del cual todo forma parte. Cada cosa y fenómeno son momentos de mediación ( Vermittulung ) del espíritu o razón universal, el cual es uno con la realidad – “todo lo real es racional y todo lo racional real”. Eugen Fink centra su análisis de Hegel principalmente en el saber ( Wissen ): to - das las cosas están determinadas por el saber de sí, la auto- conciencia del espí - ritu universal. Este saber induce a que cada cosa esté tensada desde su ser-en-sí ( Ansichsein ) hacia su ser-para-sí ( Fürsichsein ). Leemos en el Hegel de Fink: “El saber no es algo que ocasional y casualmente pasa en medio del ser munda - nal, que a veces se presenta en él o junto a él. El ser se mueve en el ser sabido del ente. El nous habita en el ser, debate ahí su esencia inquieta –no lo deja des - cansar en la cerrazón de la noche terrena, lo arranca, desencadena la tormenta fogosa de la claridad, y es así un poder cósmico– es la fuerza que lanza todo ser- en-sí más allá de sí mismo y lo empuja hacia delante a ser-para- sí, y finalmente lo asienta nuevamente en el fundamento originario” 77 . El último momento señalado corresponde al bei-sich-sein , es decir al retorno del espíritu, que podríamos traducir como ‘ser-consigo-mismo’ justamente después de haber estado fuera-de-sí ( ausser-sich-sein ). De este modo, quedan señala - dos los cuatro modos de ser principales que están en juego en Hegel: ser-en-sí ( Ansichsein ), ser-para-sí ( Fürsichsein ), ser-fuera-de-sí ( Aussersichsein ) y ser-con - sigo-mismo ( Beisichsein ). En rigor, el espíritu universal ha de ser uno con la realidad en la medida en que al final de su despliegue se llega a una plena conciliación con ella. Pero, esa conciliación final ya se anuncia en el comienzo. El pensamiento hegeliano se organiza en torno a los tres pasos dialécticos de tesis, antítesis y síntesis, cuyos momentos principales son el estar en sí del espíritu, el despliegue o desarrollo ( Entwicklung ) y el volver a sí. En todo ello se trata al mismo tiempo de cómo este espíritu que es autoconciencia ( Selbstbewusstsein ) va tomando conciencia de sí, en primer lugar, como espíritu subjetivo, luego como espíritu objetivo y 77 E. Fink, Hegel , Frankfurt a/M: Klostermann, 2007, p. 27, trad. mía.
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