Ser-humano (cartografía antropológica)

— 113 — hay ( iacere = poner) 73 . En ello se hace una vez más fuerte la “estructura ontoteo - lógica de la metafísica”, dado que, al igual que en Hegel, este sujeto originario, el sujeto universal, es a la par Dios. En la medida en que Dios, sobre todo por sobreabundancia, se niega a sí mismo, deviene en ob-iectum , lo que supone o-posición; aquí sucede a la par que la eternidad se ha negado en el tiempo, la identidad en la alteridad, todo lo cual caracteriza al mundo, generándose con ello a su vez una alienación. Es por ello que es necesaria la tercera y última fase de conciliación en que el sujeto originario se reencuentra con el objeto. Ésta es la fase sujeto-objeto. Como observamos, el paralelismo con el pensamiento de Hegel es claro, ya que en este último se trata del despliegue de tesis, antíte - sis y síntesis, y parejamente del despliegue del espíritu universal como espíritu subjetivo, objetivo y absoluto. Mas, hay una diferencia notable entre ambos, y ésta consiste en el carácter teológico-negativo del pensamiento de Schelling. Ello se refleja en que en Schelling el Sujeto originario o Fundamento no es lo primero, sino que es este mismo a la vez, más radicalmente, no-fundamento, Un-Grund o Ab-grund , a-bismo, como también la “indiferencia” ( Indifferenz ). Ya en las Lecciones de Erlangen de 1821 (más de 30 años antes que la Filosofía de la revelación , que se publica el mismo año de su muerte, 1854) se tematiza tanto el abismo de Dios como el parejo abismo existencial humano ligado con él: “Entonces al mismo Dios tiene que abandonar el que se quiere ubicar en el pun - to inicial mismo de la verdadera filosofía libre. Aquí cabe decir: el que quiere retenerlo, ése lo perderá, y el que lo entrega, ése lo encontrará. Sólo aquél ha llegado al fundamento de sí mismo y ha conocido toda la profundidad de la vida, abandonando una vez todo, y a su vez siendo abandonado por todo, al que todo se le hundió, y que se las vio sólo con el infinito” 74 . Respecto del sujeto universal en su origen, en su inicio ( Anfang ) se destacan también en lo que sigue los rasgos teológico-negativos de este pensamiento. Hablando de ese sujeto inicial, dice Schelling: “A éste tiene que elevarse, el que quiere apoderarse de la ciencia perfecta que se genera a sí misma. Aquí tiene que abandonarse todo lo finito, todo lo que es un ente ( Seyendes ), desaparecer el último apego; aquí vale abandonarlo todo, incluso el mismo Dios , porque también Dios es, desde esta perspectiva, sólo un ente” (PhL, p. 46). Estos pasajes le dan una singular profundidad al sujeto universal a la luz del pen - samiento schelligniano. Si pudiéramos decir que la teología negativa (planteada sobre todo en términos de que Dios es distinto de todo lo que es ) y la ontología 73 F. Schelling, Philosophie der Offenbarung , (Filosofía dela revelación), en: Ausgewahlte Werke (Obras escogidas), Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1990, p. 78. 74 F. Schelling, Erlanger Vorträge , en: Philosophisches Lesebuch , vol. 3, editado por Hans-Georg Gadamer, Frankfurt a/M: Fischer, 2007, p. 46. En adelante: PhL.

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