Ser-humano (cartografía antropológica)

— 100 — lo hizo. Ello no contribuyó sino a confirmar la fama de rebelde que tuvo desde temprano. En su obra De la dignidad del hombre , de 1486, encontramos un pen - samiento que lo podemos reconocer no sólo como anticipo de la concepción de la libertad propia del ser humano como centro, sino incluso como anticipo del ser humano como proyección, poder-ser, posibilidad de distintos filósofos del siglo XX. Della Mirandola pone las siguientes palabras en boca de Dios dirigién - dose al hombre: “Oh Adán, no te he dado ni un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una prerrogativa peculiar con el fin de que poseas el lugar, el aspecto y la prerro - gativa que conscientemente elijas y que de acuerdo con tu intención obtengas y conserves. La naturaleza definida de los otros seres está constreñida por las precisas leyes por mí prescriptas. Tú, en cambio, no constreñido por estrechez alguna, te la determinarás según el arbitrio a cuyo poder te he consignado. Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuan - to en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades supe - riores que Son divinas. / ¡Oh suma libertad de Dios padre, oh suma y admirable suerte del hombre al cual le ha sido concedido el obtener lo que desee, ser lo que quiera! /…/ ¿Quién no admirará a este camaleón nuestro? O, más bien, ¿quién admirará más cualquier otra cosa? No se equivoca Asclepio el Ateniense, en razón del aspecto cambiante y en razón de una naturaleza que se transforma hasta a sí misma, cuando dice que en los misterios el hombre era simbolizado por Proteo” 64 . 6 Ya hemos dicho que en cierto modo el ser humano como centro continúa el proyecto del animal racional, sólo que ahora comienza a buscar los parámetros de todo en sí mismo, y no más en el cosmos o en Dios. Aunque se trate en ello de uno de los mayores logros de este tipo humano, a saber, la ciencia moderna, también en ello se cumple que es ahora un sujeto plenipotenciario el que pone las condiciones, sobre todo a través de instrumentos de medición, para que la madre natura le responda. Jacques Barzun (Profesor de la Universidad de Co - lumbia) en su inmensa obra Amanecer y decadencia , que corresponde a una historia de la cultura desde el 1500 hasta finales del siglo XX, presenta la mo - dernidad como un proceso de abstracción. En éste se ha ido dando curso a una visión cada vez más acentuadamente numérica, geométrica y estadística de la sociedad y del mundo. Ello está en plena coincidencia con la etapa de la episte - me que Foucault describe como “espacio representacional” en Las palabras y las cosas ; los signos dejan de estar en las cosas mismas (como había sido en la ante - 64 http://www.ciudadseva.com/textos/otros/pico.htm

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