Memoria de la Universidad de Chile 2012-2013

Universidad de Chile - Pág. 199 Ella optó por coordinar el pro- grama con la participación de otros astrónomos, todos investigando distintas parti- cularidades del universo, de manera que los estudiantes tengan un diálogo directo con académicos de la U. de Chile que trabajan en esos temas, por ejemplo el profesor Gui- do Garay quién usa las ante- nas de ALMA para estudiar la formación de estrellas. Esto, a su vez, precisa la Dra. Ruiz, desafía a los docentes a llevar un conocimiento sumamente especializado a una audiencia de pregrado, que no son ex- pertos en astronomía. “La verdad es que nos ha ido estupendo con estos cursos, los estudiantes han respondi- do muy bien, van a todas las clases pues tienen conciencia del privilegio que significa ser alumno de la Universidad de Chile y tener a los súper ex- pertos en su sala de clases para hablarles de astronomía, y que son los mismos que están liderando las investiga- ciones en el tema. Escuchar por ejemplo a Mario Hamuy hablar de energía oscura, a Patricio Rojo de planetas ex- trasolares, les abre la mente. Son cursos que les muestra que hay otras realidades. Que vivimos en un universo muchísimo más amplio y que nuestra responsabilidad en él es que, en el escaso tiempo que nos da la vida, ser capa- ces de prepararnos para des- pués contribuir a construir una sociedad mejor”. Justamente mirando la for- mación profesional con un enfoque social es que la aca- démica plantea la importan- cia de que el profesor sea un ejemplo de respeto hacia los estudiantes, de sembrar la confianza para que en el aula tengan un espacio de desa- rrollo. Por ello, la construc- ción de ciudadanía, explica la Dra. Ruiz, va de la mano con la actitud con que asume el docente su clase. En su caso, se toma el tiem- po –en la primera clase– de preguntar y conocer las mo- tivaciones de cada uno y una de sus estudiantes, pues no sólo es parte de su motivación personal, sino que además le interesa que ellos sientan que cada uno es importante para ella también. “Me interesa de verdad conocer quiénes son ellos y eso mismo hace que entren en una dinámica de dis- posición a aprender”, explica. Para ello, continúa la profe- sora María Teresa, uno de los énfasis en su actividad docen- te es estimular a los jóvenes a hacer preguntas. “Siempre les digo que no hay preguntas tontas. Siendo estudiante en Estados Unidos, me di cuen- ta que uno en Chile no está acostumbrado a hacer pre- guntas honestas, inocentes o esa pregunta que devela que uno no entendió o que no sabe. Las preguntas realmen- te interesantes son muchas veces esas que parecen ino- centes”, precisa. Otro aspecto que ha cobrado gran interés para la Dra. Ruiz es la disparidad de género que existe en su Facultad, con un promedio de 16% de mujeres (¡que en el ingreso 2014 su- bió a 28%!). En tanto, observa con curiosidad y gusto que en sus clases existe una concen- tración de su género, alcan- zando aproximadamente a un 30 % del total de alumnos que se inscriben, recordando incluso una experiencia en un curso de postgrado donde la mitad de las personas inscri- tas eran mujeres. “Eso tam- bién es rico porque le da una dinámica distinta al grupo, se enriquece la interacción y en consecuencia enriquece tus propias investigaciones”. En este sentido, la académica valora diversidad de una ins- titución para la generación de mejor conocimiento y, si bien reconoce esta cualidad en términos del pensamiento al interior de la U. de Chile, tam- bién identifica nichos impor- tantes de desarrollo, como es la incorporación de más mu- jeres en disciplinas que cultu- ralmente se consideran mas- culinas como las ingenierías. “Tenemos un alumnado bien variado y eso le da una for- taleza a los estudiantes. Esa característica trasciende a la docencia, el simple hecho que ellos puedan compartir, cono- cerse ya les abre el mundo. Ahora estamos incorporando la importancia de la paridad de género. Por ejemplo, en Ingeniería, estoy en una Co- misión de Igualdad de Género que implementó una inno- vación para que los últimos puntajes, los más bajos que entren a la Facultad, en dicho rango admitamos la misma cantidad de mujeres que de hombres o incluso más. Es un punto de partida para hacer un esfuerzo de equidad de gé- nero. Estas acciones enrique- cen la formación y además es una decisión que es bue- na para el país”, concluye la profesora María Teresa Ruiz, quien comparte su inclina- ción en los últimos años por dedicar cada vez más tiempo a la extensión universitaria y difundir la actividad científi- ca como una representante mujer, a fin de contribuir a eliminar el estigma de que las ciencias y las matemáticas no son para niñas. Esta nueva meta, en las moti- vaciones de la Premio Nacio- nal de Ciencias Exactas se su- man a su convicción de que es necesario mejorar la calidad de la educación pública. “Es- toy absolutamente de acuer- do que la educación debe ser pública, gratuita y de calidad para todos. Hoy, efectivamen- te la educación secundaria privilegia a los más ricos que acceden a una mejor educa- ción y por lo tanto ingresan a las mejores universidades. Es importante tener un proyecto como país y una ruta donde ir avanzando por etapas para al- canzar el objetivo de una edu- cación de calidad para todos”, sostiene la María Teresa Ruiz.

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