Memoria de la Universidad de Chile 2012-2013
Universidad de Chile - Pág. 193 le, los movimientos sociales, comunidades locales, de las asociaciones y asambleas ciu- dadanas, etc. y estudiamos no sólo a los sujetos hom- bres, sino que a las mujeres, jóvenes y niños. Por eso me resulta fácil conectarme con las situaciones reales de los alumnos, pues las discusiones históricas, sociológicas o po- líticas tienen directa relación con su desarrollo como ciuda- danos”, agrega el académico junto con mencionar la gran inclinación que tienen sus es- tudiantes “por construir sus tesis sobre los problemas que los afectan a ellos, como per- sona, como población, como país”, detalla. Debido a su experiencia en estos temas, el académico es frecuentemente solicitado e invitado a participar en asam- bleas ciudadanas y a dar talle- res locales sobre temas rela- cionados con la construcción de ciudadanía vinculada con sus historias regionales o más locales, “con miras a un desa- rrollo de sus comunidades y pueblos originarios, y buscar canales de asociación con el pueblo chileno para luchar en conjunto por cambiar el modelo vigente que sea más asequible (…) La ciudadanía está despertando y no somos muchos los académicos que estamos desarrollando estos temas. Todo esto tiene que ver con educación. Disfruto mucho ser profesor y un poco de educador tanto para los futuros profesionales como para la ciudadanía, especial- mente de los sectores popu- lares y de la juventud”. Toda esta experiencia, explica el académico, la aprovecha para sus clases en la Universi- dad, donde lleva todo ese co- nocimiento social del presen- te para alimentar la discusión, estimulando a los jóvenes a producir tesis que “produz- can un desarrollo local en sus comunidades, poblaciones o comunas”. En este sentido, el profesor Salazar pone énfasis en su postulado de “educar a la co- munidad para la comunidad, con base territorial. Ahí estás integrando la diversidad”, refi- riéndose a la necesidad de in- crementar la diversidad social que existe en nuestra Casa de Estudios, con la salvedad que considera que es un tema que compete a toda la sociedad y no sólo a la gestión institu- cional para dicho objetivo. “El problema de la integración de lo diverso es un problema de la comunidad, no de la Uni- versidad. El problema de la Universidad es como ella se integra a la comunidad. De todas maneras, creo que in- dudablemente La Chile tiene un carácter más pluralista so- cialmente hablando que otras instituciones tradicionales y más aún de las nuevas ge- neraciones de universidades privadas”. Pero más allá de este aspecto –sobre el cual el profesor ha conocido distintas realidades de espacios universitariosmás elitizados y otros más popula- res–, Salazar pone el énfasis en la forma en que el profe- sor logra definir una relación profunda con el estudiante: “meterse en la realidad con- creta que vive el estudiante y su proyecto de vida, lo que va más allá de los contenidos de la clase, para involucrarse con los problemas que el estu- diante enfrenta. Ello exige un programa específico de aná- lisis y si uno, como profesor, se adapta para ello, puedes ayudar muchísimo porque todo joven, estudiante, tie- ne una experiencia limitada. Puede tener una cabezota, pero su experiencia es chica y local, apegado a su realidad. Si quieren pensar en términos políticos, tienen que conocer la totalidad y es ahí donde el profesor puede ayudar mu- cho, porque el chico tiene en algún momento tirar su línea al horizonte y eso pasa por politizarse y ahí, la autoedu- cación neta no alcanza”. Los movimientos sociales ac- tuales, continua el profesor, “están pidiendo a gritos que haya un contacto en térmi- nos de lo que entrega La Chile como conocimiento duro o de la totalidad para engranar sus preguntas reales con ca- pacidades de acciones reales. Esto es un tema más comple- jo que innovar en la forma- ción de profesionales, es una cuestión más global”. Refiriéndose al ser ciudada- no y académico que es hoy, reconocido en el país como Premio Nacional, el profe- sor Gabriel Salazar recuerda que su motivación ha sido siempre conocer en profun- didad el mundo que lo rodea. “Como nací en un medio po- pular absoluto, traté de pro- fundizar el conocimiento de ese medio popular porque no lo encontré cuando estudié en preparatoria, en el liceo y en la universidad. En la vida tampoco. Por eso me man- tuve siempre fiel a esa alter- nativa de estudiar el mundo concreto que me rodea, el movimiento popular tal como es científicamente y al mis- mo tiempo comprometerme con esos problemas y proyec- tos reales. Eso es lo que hice desde que comencé a hacer clases. Siempre mantuve y he mantenido hasta el presente mi compromiso con eso. Caí preso por eso (en dictadura), me fui al exilio por eso y hasta el día de hoy lo mantengo. Y es que me preocupo de que todas las cosas que digo estén fundamentadas en investiga- ción y fuentes”. Mirando a la Universidad de Chile desde esta perspectiva, el profesor Salazar comparte su deseo de que esta Casa de Estudios avance en los proce- sos de evaluación académica en la dirección de incorporar la mirada de la comunidad, y se produzca un incremen- to en “la conciencia de que nuestra carrera intelectual, académica, debe vivirse con una perseverancia, fuerza, obsesión y vocación, vincu- lada con el medio como una forma de medir la producción intelectual real”, concluye.
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