Memoria de la Universidad de Chile 2012-2013
Universidad de Chile - Pág. 191 un estímulo para reforzar la actividad de profesor en el Pregrado a un reconocimien- to permanente. “Lo que debemos intentar hacer es normalizar la visión sobre el compromiso y res- puesta del profesor universi- tario frente a la sala”, añade la Premio Nacional de Perio- dismo junto con enfatizar el rol que juega esta actividad universitaria: “Creo que en la formación de las nuevas ge- neraciones, la U. de Chile no sólo asume el proceso de en- señanza-aprendizaje de una disciplina, también estamos ayudando a conformar una ciudadanía empoderada, con pensamiento crítico, una ciu- dadanía capaz de reflexionar los temas país y en ese sen- tido es fundamental el ejer- cicio de la docencia como un ejercicio reflexivo, crítico, que permita ir conformando estos elementos que son consus- tanciales a los ciudadanos en el siglo XXI”. Esto, continúa, bajo una mira- da humanista, global y repu- blicana. “La U. de Chile nació con la república y creo que en el ethos de esa república está su primera Casa de Estudios y viceversa. En ese sentido, tenemos el compromiso de transmitir al estudiante esa perspectiva de país que tie- nen que tener los egresados de esta Universidad”. La actividad docente “siempre me ha gustado”, comparte la académica pero aclara que llegó “de manera accidental” en su carrera profesional. Desde su ejercicio periodísti- co dictaba charlas, seminarios y conferencias en distintas universidades y escuelas de Periodismo, pero fue recién en 1997 cuando se suma al proyecto de la Universidad de Chile. Los estudiantes, cuenta la profesora Zerán, vivían una situación de mucha inesta- bilidad en su unidad y luego de una toma, recurren a ella para solicitarle que se hiciera cargo de la escuela, a la que sentían abandonada desde la época en que la dictadura mi- litar despojó de la U. de Chile al Pedagógico, donde se desa- rrollaba históricamente esta unidad académica. Y añade que para la época en que la contactan los estudiantes, se seguía discutiendo si se cerra- ba la escuela y se creaba una carrera de postgrado que de- pendiera de Ciencias Sociales. “Los estudiantes, muy com- prometidos, me convencieron y me hice cargo de la Escuela de Periodismo. Fui nombra- da directora –elegida por mis pares– e hicimos un cambio estructural que permitió que la escuela recuperara todo lo perdido y volvimos a ser la primera escuela, la más im- portante del país, con acadé- micos de alto nivel y tratando que la formación sea lo más compleja posible”, comparte la profesora Faride Zerán so- bre sus inicios como docente. Fueron meses arduos y de- mandantes, comenta, pero su evaluación es positiva: “Hoy día siento con satisfacción que las noches de desvelo va- lieron la pena. Todo se pudo hacer porque constituimos una comunidad con objetivos comunes en la que participa- ban los funcionarios, acadé- micos y los estudiantes”. “Soy hija de La Chile, soy una generación que estudió en liceos públicos de calidad y todo el trabajo dedicado a esta Casa de Estudios es una forma de retribuir, una suerte de servicio público de lo que me siento gratificada y orgullosa”. Estos son los sentimientos de vinculación con un proyecto de país, enlazado con los valo- res republicanos, que la profe- sora Zerán trata de contagiar a las nuevas generaciones. “Los principios que hay detrás de la formación que entregamos en La Chile apuntan a formar ciu- dadanas y ciudadanos demo- cráticos, con responsabilidad social, con ética. Creo que ese es el sello de La Chile y es don- de todas las ideas caben, don- de se le enseña a los jóvenes en el aula el valor de la plurali- dad en un país tan intolerante y tan autoritario como éste. Los conocimientos y las dis- ciplinas que enseñamos son centrales, pero la diferencia con otras universidades es que nosotros estamos preocupa- dos de que nuestros estudian- tes sean mejores ciudadanos, que aprecien la diversidad, que construyan y hagan de Chile un país mejor”. Es aquí donde los nuevos es- fuerzos de la U. de Chile por garantizar equidad con cali- dad, a través del sistema de ingreso prioritario de educa- ción equitativa, se transforma en una nueva acción que da cuenta de cómo esta institu- ción hace verbo su discurso. “El SIPEE nos desafía, nos interpela sobre nuestras res- ponsabilidades en un sistema de educación por décadas abandonado a su suerte y que no sólo nos compromete con la demanda de una educación pública gratuita y de calidad. También nos exige asumir la realidad y consecuencia de la mala educación que está golpeando a generaciones de jóvenes de todo el país”. Por ello, continúa, cada unidad cuenta con planes de tutorías para reforzar, apoyar y acom- pañar a los estudiantes y así evitar que deserten, pues así todos ganan: “Más allá de la apertura de La Chile hacia la pluralidad de los jóvenes y la contribución a una mayor equidad del sistema, estos ingresos enriquecen a la Uni- versidad permitiéndonos in- teractuar con el país real”. Finalmente, opina nuestra Premio Nacional de Perio- dismo, como U. de Chile e integrante de una sociedad “debemos doblarle la mano a esta realidad brutal que se llama desigualdad”.
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