Memoria de la Universidad de Chile 2012-2013

Pág. 142 - Memoria 2012-2013 ca, con aquellos de los más prácticos, explica la profesora Luisa Miranda. En el segundo semestre vie- nen las Didácticas Específicas, donde los alumnos se inser- tan en su disciplina de origen, pero sin perder el trabajo in- terdisciplinario. “En la Didáctica de Arte re- cibo a estudiantes formados como Artistas, personas que leen la sociedad y sus proble- mas, y los pone en un relato artístico. En este caso, desde nuestra condición de artis- tas, debemos leer la escuela y darle un significado, y en el fondo hago que mis alumnos lean la identidad de la escuela y sus alumnos desde el arte”, añade la académica. Esta innovación nace de un estudio donde participó la profesora oportunidad en que se analizó los currículum de Arte y Filosofía, “que son las áreas más empobrecidas cu- rricularmente y menos valo- radas por los apoderados, las escuelas, la sociedad y que no tienen evaluación en la PSU”. Se observó que el Arte ha sido institucionalizado y pensado en la educación desde la clase de dibujo y la técnica. Ahí está el desafío de los es- tudiantes de Didáctica del Arte: integrar el trabajo de la escuela con el arte vivido y bajo el paradigma que se desarrolla en la Escuela de Arte. “Pensar un proyecto artístico tiene que ver con leer la sociedad, porque los artistas son sujetos que leen la sociedad, la presienten. Su trabajo, desde la emocionali- dad, no está desvinculado de la sociedad. Para lograr este giro en el aula del colegio, primero debo hacerlo acá con los estudiantes universitarios. En esa línea trato de desatar procesos de autonomía y de creatividad en ellos”. Existe una bibliografía que es obligatoria, otra muy amplia que ellos deben escoger en el camino y a través de tutorías y presentaciones en clases, hacer coexistir el campo teó- rico desarrollado en las artes visuales y las problemáticas reales que observan en la es- cuela donde trabajan. Este proceso de búsqueda de los estudiantes de Didáctica del Arte toma varias semanas, donde la ruta de navegación de la profesora Miranda inclu- ye un espacio para una catar- sis, para digerir las reflexiones que surgen y luego construir su propio plan de trabajo des- de la realidad que tienen, con miras de realizar una práctica transformativa de la escuela. A lo largo del curso, la acadé- mica va a terreno y los obser- va en su desempeño en clases y los retroalimenta. “Hay un currículum nacional que nos puede parecer bueno o malo, pero hay que adscri- birlo. En la formación pro- fesional que ofrecemos acá, los estudiantes deben saber trabajar con los contenidos ministeriales, y lo que estimu- lamos es la creatividad con que se abordan éstos conte- nidos y que se vele porque los alumnos lo asimilen. Dentro de las innovaciones que pro- muevo es el ‘desarrollo de un proyecto’ e ir evaluando a los estudiantes en el ‘proceso’ y no una sumatoria de activi- dades, una tras otra, donde el alumno no comprende la relación entre ellas. En este sentido nuestros estudiantes tienen que dejar en eviden- cia cuál es el proceso y hacia dónde quieren llegar con él y hemos tenido trabajos mara- villosos”, relata la profesora. “Lograr que los escolares sean artistas y creativos, está vinculado con la necesidad de que Chile sea más creativo. Ello tiene que ver con poder observar la realidad y poder incidir en ella. Por otro lado, la tarea del docente en pe- dagogía debe pasar por una constante actualización, man- tener el vínculo con la escuela para seguir leyendo la reali- dad”. En este sentido, hacer docen- cia en la U. de Chile, compar- te la académica, la hace sentir “tremendamente agradecida. Creo que es un espacio abso- lutamente privilegiado para trabajar, primero porque es pluralista y el nivel que hay acá, no lo hay en otra parte. Nosotros tenemos alumnos de todos los ámbitos sociales, puedes ver la radiografía del país dentro de la sala y eso es un privilegio”. También destaca el espacio de respeto y tolerancia que se vive en esta Casa de Estudios, “donde no he visto a nadie que sea sancionado por decir lo que piensa. Ojalá todos los chilenos pudiéramos trabajar en espacios como éstos que los hacen más humanos. Hay una identidad y uno siente que La Chile es como una fa- milia”.

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