Memoria de la Universidad de Chile 2012-2013

Pág. 138 - Memoria 2012-2013 conjugan en estos ejercicios en el aula, bajo el monitoreo de un equipo de dos académi- cos y un ayudante presentes en cada clase. Ellos trabajan con una rúbrica de evalua- ción, al igual que lo hacen los estudiantes para observar a sus compañeros e ir identifi- cando la evolución su trabajo, tanto en las conversaciones privadas de los grupo como en las exposiciones frente a todo el curso. De ahí la nece- sidad de contar con un equipo de tres docentes paseando, observando e identificando los avances o falencias en las distintos esfuerzos de persua- sión comunicativa. Con esta presencia tan cerca- na de varios docentes pres- tándoles atención a cada una y uno de los estudiantes, ex- plica el profesor Valenzuela, “los entusiasmamos, los ener- gizamos, procuramos que se sientan incluidos, que se sien- tan empoderados y que sean clases de ser humano a ser humano. Estos elementos son de gran ayuda en el proceso”, toda vez que los estudiantes reciben permanentemente una retroalimentación de los profesores sobre su proceder. Otro elemento que también influye positivamente para el desarrollo del curso es que en el caso de los CFG, las clases están compuestas por una diversidad de estudian- tes provenientes de distintas carreras y se enfrentan a sus primeros prejuicios respecto al otro, explica la profesora Cyntia Maciel. Sobre el impacto que han tenido estos cursos en las distintas disciplinas donde se imparten, la profesora Maciel detalla el método de evalua- ción con que cuentan: “Los estudiantes dedican alrede- dor de 20 minutos para res- ponder una encuesta al final de su examen, de los cuáles recogimos una variedad de comentarios que se refieren en gran medida a cómo les abrió la mente y la forma de ver el mundo”. “Me sirve para el diario vivir”, “lo que más me sirvió es la facultad de juzgar y pensar en la comunidad con temas presentes en nuestro diario vivir”, “aprendí herramientas para enfrentar mi vida de me- jor manera”, “me ayudó a re- cordar que siempre es impor- tante pensar desde el resto”, “me ha permitido continuar la carrera y tomar concien- cia de que no me equivoqué en la elección de la universi- dad”, “me siento agradecida por la disponibilidad tanto de profesor como ayudantes”, “ayudantes y profesores me apoyaron mucho y lo agra- dezco”, “muy cercano con los alumnos”. Estas son algunas de las declaraciones expresa- das en las evaluaciones de los estudiantes ante la incorpora- ción de estos cursos que de- sarrollan habilidades que son requeridas transversalmente por todo profesional y ciuda- dano. El Instituto de Argumentación también apunta a los escola- res, a través de la Escuela de Verano. Desde el verano de 2011, imparten cursos para Tercero y Cuarto Medio. Un promedio de 30 estudiantes por verano toman este curso de argumentación en la sede de la Facultad de Derecho y el perfil de ellos da cuenta de una gran diversidad de pro- cedencia, tanto de colegios como de género y regiones, enriqueciendo el perfil del grupo humano. Esta experiencia ha marca- do las vidas académicas de ambos profesores. “Para mí ha sido fascinante –expre- sa Rodrigo Valenzuela con entusiasmo. De hecho dejé el ejercicio profesional para dedicarme tiempo completo al Instituto. Fue una decisión que tomó su tiempo, pero ha sido extraordinario. A veces me llama la atención que se mire a la docencia como una carga con la cual hay que cumplir. Yo creo que no hay cosa más importante para la U. de Chile que la docencia, sin menospreciar el valor de la investigación ni de la exten- sión. Para mí el foco está en la formación de seres humanos y estoy tremendamente con- tento con el cambio de vida que hice para dedicarme a esto”. Un sentimiento similar em- barga a Cyntia Maciel: “la devoción que uno tiene es con el alumno y a la forma en que uno puede transformar la experiencia del curso en algo significativo para sus vidas y la de uno, y no en una devoción para con la teoría”.

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