Memoria de la Universidad de Chile 2012-2013

Pág. 128 - Memoria 2012-2013 nuestros estudiantes son jó- venes estudiosos, que obtu- vieron buenos resultados en sus respectivos colegios, de buenos puntajes, pero que en los primeros trabajos se asustan con los resultados. Por eso, relevar lo positivo tienen es un gran estímulo que les permite, en el fondo, no sentirse tan derrotados en los primeros proyectos. Es muy valioso explicarles que esto es un proceso de apren- dizaje y que ese aprendizaje se logra también en la medi- da en que nos equivoquemos y lo echemos a perder, pero a la vez resguardemos que ellos tienen cualidades que son positivas y que el caudal de conocimientos que está en su interior puede aprovecharse en el taller”. “Poner en evidencia a las personas por sobre –en este caso– la arquitectura, ha sido como la parte final de este proceso de evolución de la docencia. Seguramente aho- ra vendrá otro período de investigación y de búsqueda, pues estoy convencida que la docencia siempre tiene que estar renovándose”, agrega. Éste énfasis en colocar a los estudiantes como protago- nistas de su aprendizaje y valorar sus cualidades en su primer Taller en Arquitectura, ha generado evaluaciones po- sitivas. “Los estudiantes me dicen que el Taller les forjó el carácter y que les marcó que se pusiera la confianza en las personas, que desde allí ellos se construyeron. Tengo mu- cho reconocimiento verbal con mis estudiantes y eso es muy gratificante”. Dentro de las innovaciones implementadas en los últimos años, el terremoto de 2010 se convirtió en una oportunidad para dejar el método del tra- bajo abstracto y mirar la rea- lidad nacional. “Abordar un problema real, con gente real, insertos en un contexto real fue un hito”, explica la profe- sora. En esa ocasión, traba- jaron en un pueblo de la VI Región, llamado Coinco, don- de realizaron un aporte a una plaza que se había destruido. Trabajaron con los escombros de adobe, piezas arquitectó- nicas coloniales que yacían en el suelo, hubo un proyecto de reconstrucción inspirado en la preservación de la memo- ria del lugar, reconstruyendo la plaza de Las Tres Esquinas. Esto se convirtió en una inédi- ta experiencia para alumnos de primer año, pues el desa- rrollo de propuestas escala 1 a 1, solían ser desafíos que aparecen avanzada la carrera. “Esa experiencia también transformó una etapa y des- de aquel entonces cuando abordamos proyectos arqui- tectónicos, de planos de su- perficies, lo hacemos desde la perspectiva real”, detalla la académica quien precisa que aún queda por avanzar en las posibilidades de gestionar proyectos con distintos mu- nicipios y que los estudiantes puedan, a futuro, planificar y construir ellos mismos un proyecto para que tengan un acercamiento en el primer año de las distintas etapas que contempla una propuesta arquitectónica hasta su cons- trucción final. Hacer docencia en la Univer- sidad de Chile, destaca la pro- fesora Gabriela Manzi, es una oportunidad de crecer en am- bientes de diversidad. “Creo que en la diversidad hay una mejor construcción del cono- cimiento y eso es una virtud que tiene La Chile. Ése es un patrimonio enorme para sa- car provecho, un gran capital y se convierte en una gran ayuda para la enseñanza de la arquitectura y de los procesos de aprendizaje-enseñanza”.

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