Para que nadie quede atrás: A la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)
50 Lo reconocí casi de inmediato. Fue en Quito, la bella capital ecua- toriana donde viví mi exilio como tantos otros chilenos. Volver a ver la figura menuda de Jorge Silva Luvecce me hizo revivir el Chile de 1969 y los años que vendrían. Recordé como lo había mostrado la prensa de la época, brutalmente torturado por la policía, tras el frustrado asalto al supermercado Portofino, que él protagonizó junto a otros de sus jóvenes camaradas del MR-2 para financiar sus acciones revolucionarias. Ya habían transcurrido seis años desde ese suceso. Él había llegado a Ecuador procedente de Viena, Austria, don- de vivía con su pequeña familia como refugiado de las Naciones Unidas. Nos había ido a visitar a las oficinas del semanario El Mundo , medio periodístico recientemente fundado con el vela- do auspicio del gobierno militar. Hasta ese momento éramos un pequeño equipo profesional de periodistas ecuatorianos y chi- lenos encabezado por el colega Wilson Tapia Villalobos y dirigi- do por el escritor de izquierda Pedro Jorge Vera. La publicación estaba destinada a difundir y defender la obra del gobierno de corte militar progresista del general Guillermo Rodríguez Lara, el Bombita . En su siguiente visita a la revista el Chico Silva confesaría abierta- mente sus intenciones de quedarse a vivir en Ecuador con su mu- jer Cecilia Izquierdo Yañez y el pequeño hijo de ambos, Emiliano (llamado así en honor al líder de la revolución mexicana, Emiliano Zapata). Nos confidenció su sentimiento de rechazo hacia la fría sociedad vienesa a pesar de que allí tenían un buen pasar económi- co. Trabajaba en un banco y ella lo hacía como secretaria bilingüe español-inglés en una entidad internacional. Gozaban de una si- tuación laboral privilegiada frente a la de otros exiliados chilenos. La “Chica” Izquierdo La “Chica” Izquierdo, como empezamos a llamarla, era de “buena cuna”, una menuda y bonita rubia de intensos ojos azules. Su padre, Jorge Izquierdo Edwards, había ocupado el cargo de vicepresidente de Lan-Chile en los tiempos de Jorge Alessandri. Por el lado de su madre era nieta del político liberal Eliodoro Yánez, fundador del diario La Nación. Auge y caída EL “CHICO” SILVA EN ECUADOR Por Maruja Bañados Contador
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