Para que nadie quede atrás: A la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)

Para que nadie quede atrás 21 nes ir a pedir dinero. Uno de los donantes fue su compadre Fer- nando Jaras Fleischmann, copropietario de La Tercera y que fuera nuestro compañero de curso. El resto del billete se juntó entre los ex alumnos. La empresa más cruenta consistió en ubicar el artista que esculpiera la pieza en piedra. Trajín intenso que culminó en el taller de un afamado escultor que trabajaba y vivía en las cercanías de plaza Chacabuco. Tal como deseaba Agustín, ese diciembre se descubrió el rostro pétreo de don Ramón que después fue traslada- do a la sede de la Torre 15 en Portugal, de ahí al plantel de calle José Carrasco y hoy se yergue en el Campus Juan Gómez Millas. Una vez más, gracias noble Paco : un oficial de la mejor madera ver- de. Y para saludarte, de nuevo retrocedo en el tiempo. Me congelo en la tarde del trágico 11 de septiembre de 1973 para agradecer la llamada telefónica que me diste al producirse el Golpe militar, en el instante en que el reloj marcaba las 16.00 horas. En el día más doloroso de la historia nacional del siglo XX, cuando la vida de los izquierdistas no valía nada para los bárbaros pinochetistas, se- renamente me dijiste: Toño, seré breve, vas a pasar momentos muy dif íciles. Anota este teléfono. Cuídate. Voy a cortar. Jamás olvidaré esas quince palabras que simbolizan una amistad de acero nacida en las aulas de nuestra querida Escuela de Periodismo. Revista Aquí Está, fundada por Agustín Oyarzún

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