Mujeres de la tierra
La potestad pa terna . su imagen bcndica y portador<~ de un orden wrbalizado. sólo es cucstion¡¡da en un c~ so. en aquel donde a part ir de su poder se ¡;cner¡¡ e l con me~ to: ya sea ejerciendo la vio lencia sobre la madre o por medio de otra mujer produciendo la des.avenicnda en la famil ia poligámic;~, que implica el "su rrimieniO de la madre". As(. d elemento ocu lto de l poder p:~h!tllO. sus signos negativos s..• expresan en el con trol que él ejerce sobre la figu ro matcrn:~. Rasgo subterráneo. el discu rso de las mujeres niega la au toridad hegemónica. pe ro Csl a :~p :~rcce y cobra vigo r para denunc iar la posición subalterna de la mujer dentro de una f~ milia cen trada t.'n el polo masculino. Asl. el padre -su ima~n - o:n la o:onstitución del su- jeto mujer m:~puche, es el portador de un discurso de clase (polltieol o ~ tni co. Padre m{tico y gu~ rdián de l orden. cst rocturador de la vida económica y comun i- taria. Entonces. la opresión p:~tri:~rcal es facti ble de ap rchendcrse no a tr¡¡ vCs (.k la hija sino de la madre vista como vletima de l;¡ i!UIOridad; pero en la med ida que la hija se identifi ca con la madre. la vivencia de la subordinación comienza a perfilaf5e. Por eso, las h ij as caut ivas en el orden de l padre . con su ima¡;en ordenadora de la estabilidad soc ia l. sólo le reprochan cuando la ¡¡f~·cta da por su poder es la madre: la cultura impone de este modo d desplazamiento de la subyugación. 3.- El espejo y el discurso No es diffc il e lucidar de las represent aciones que las
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